BON: te quiero

Dicen que el amor no entiende de razas, distancias, sexo o edad. Pero, ¿realmente la sociedad esta preparada para ello? ¿Cómo alguien no puede aceptar el amor entre dos personas? ¿Por que entierran algo tan bonito en el olvido? ¿Cual seria la unica salida? Un amor destinado a la separacion...

-Gracias Amanda ;)



Bienvenid@s!

Hola! Antes que nada, gracias por el simple hecho de entrar aquí. Aquí os pondré mis historias, mis pensamientos y siempre van a tener como protagonistas a los chicos de Tokio Hotel, aunque no siempre saldrán como tal.
Espero que os guste y que os divirtáis leyendo y pido una única cosa, en esta actual historia los cuatro chicos no son los protagonistas, es mi primera historia así, y me encantaría que a continuación me contárais que os parece.
Me alegraría muchísimo saber que cada visitante elige su opinión en la encuesta =)
Muchísimas gracias por vuestra atención, y espero, sigáis entrando ;)

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miércoles, 24 de marzo de 2010

Capítulo 8.

-¿Por qué no quieres ayudarme?-Bill perseguía a Eva.

-Pues porque eres un hombre-se paró en seco enfrente de él-, vosotros nacéis con ese chip ¿no? El de conquistar a las mujeres, tú solito podrás. Fallado pero bueno-siguió andando.

-Eso es lo que pensé pero, ya la he cagado con ella-ignoró el comentario de Eva-. Además, mis amigos creen que es lo mejor, porque tú la conoces y así me ayudaras a no cagarla-Bill la paró y la cogió por los hombros haciendo que sus miradas se cruzasen. Bill puso ojos de súplica a los que Eva quería ignorar, pero no pudo.

-Está bien, te ayudaré. Pero no te prometo nada-a Bill se le ensachó la sonrisa y se resistía por no darle un beso para darle las gracias.

-Eres la mejor, no se como pudimos estar tanto tiempo sin hacer las paces. Muchísimas gracias-le gritaba mientras se alejaba contento como él mismo.

-Claro, ahora sí-murmuraba ella.

Al perder de vista a Bill se fue de inmediato a su habitación, aquellos libros pesaban y pronto tendría que ir a otra clase y seguramente, Bill le calentaría la cabeza así que, rezó porque estuviera allí su amiga.

-Hola Eva-su amiga se paseaba por la habitación con un libro en las manos.

-¿Qué haces?-preguntó Eva a la vez que dejaba los libros en el escritorio.

-La profesora nos ha mandado que nos estudiemos dos temas enteros-resoplaba-, se lo va a estudiar ella porque yo...-se tumbó en su cama y Eva sonreía-. ¿Y tú como vas con Bill?-le preguntó tras unos segundos de silencio.

Eva casi le grita las gracias por no tener que sacar de tema a Bill.

-¿A mi con Bill?-puso los ojos en blanco-. ¿Cómo me tiene que ir?

-No se-se encogió de hombros-, antes tan mal y ahora tan... bien-frunció el ceño.

-Parece como si no te cayera bien-observó Eva.

-La verdad... no. Después de lo que te hizo, lo de robarte ese puesto y la nota...

-Bill ha confesado-le cortó mientras se sentaba en la silla del escritorio sin apartar la vista de Claire.

-¿Cómo dices? ¿En serio?-abrió mucho los ojos-. Que bonito por su parte-esbozó una pequeña sonrisa.

Eva, que no era tonta, se dio cuenta al fin que Bill tan solo lo hizo para que Claire pudiera verle con bonitos ojos. Y ahora, se pensó muy bien lo de ayudarle...

-¿Te sigue interesando?-Claire abrió mucho los ojos, aquella pregunta fue directa y no se lo esperaba.

-Para nada, por mucho que haya echo eso aún siento el rencor aquí dentro. Lo tomé por un asqueroso y creo que es difícil quitarme esa idea de él. Tendría que hacer muchas cosas para eso.

Eva sonrió para sus adentros, no le pareció nada de bien lo que hizo. Pensó que Bill lo había echo por amistad, porque quería empezar una bonita amistad. Se engañó así misma.

Eva miró la hora y quería llegar la primera para coger el ordenador nuevo.

-Te veo luego, ¿vale?-le revolvió el pelo.

-Hasta luego-le despidió con una gran sonrisa.

***

Como había querido, Eva estaba colocada en el ordenador nuevo buscando información sobre el profesor Frank Helter, por si tenía algún antecedente relacionado con el acoso.

-¿Te has decidido dónde ponerme ya?-Eva se sobresaltó al escuchar aquella voz masculina en su oreja derecha. Se giró y vio el rostro alegre de Bill que se sentó a su lado-. Oh-se fijó en la pantallita-, el profesor Frank, ¿has encontrado algo?

-No-negaba con la cabeza-, un hombre dedicado a la química. Ya está, la verdad es que nunca lo he visto en persona, ¿tú sí?

-He oído hablar de él, dícen que es todo un Don Juan, que con solo mírarte caes rendida a sus pies-se quedaron un segundo en silencio y después estallaron en carcajadas.

-Esos hombres no existen.

-¿Cómo que no?-el chico se hizo el ofendido y Eva lo miró de arriba abajo-. Por cierto, ¿has hablado con Claire?

Eva dejó lo que estaba haciendo para hablar con él.

-Sí, y no está interesada en ti-Bill se decepcionó-. Podría ayudarte pero me he dado cuenta que contigo no se puede hacer nada. Si no hubiera sido por Claire no me hubieras dado el puesto que merezco-se puso de lado y comenzó a hacer lo que estaba haciendo.

-Lo siento, de verdad. Podría habértelo dicho antes pero... no hubieras aceptado. Lo cierto es que tenía en mente de confesárselo antes pero, sí. Me pareció mejor hacerlo para que Claire me diera una oportunidad para verme con otros ojos.

Eva le miró por el rabillo del ojo, estaba cabizbajo y hasta le dio pena.

-¿Nunca te has enamorado?-Eva lo miró fijamente, sin contestar-. Eso es lo que siento, Claire me ha entrado muy fuerte Eva, y si no fuera por eso no me molestaría en nada para conseguirla. Haré todo lo que esté en mis manos. Gracias por intentar ayudarme. Y no te culpo por tu reacción, me lo merezco-Bill se levantó y se marchó, lentamente.

Eva se sintió culpable, mientras observaba como se iba Bill le vinieron en mente las palabras de su mejor amiga:” Lo tomé por un asqueroso y creo que es difícil quitarme esa idea de él. Tendría que hacer muchas cosas para eso”. Y él, estaba dispuesto.

-Espera Bill.

Bill se paró y sus labios se curvaron en una gran sonrisa. Al darse media vuelta ya había borrado la sonrisa para hacerse la víctima.

-Te ayudaré-Eva cerró los ojos y después le sonrió.

-Muchas gracias-corrió hacía ella y la abrazó-. Pídeme lo que quieras y lo tendrás. ¿Un chico? Yo te lo traigo, el que quieras...

-Para-Bill hablaba demasiado deprisa-. Por ahora ten cuidado de no hacerme nada malo y nada de chicos, no quiero de eso, ¿de acuerdo?

-Lo que usted mande-se puso rígido.

-Oh, vaya. Veo que estáis investigando sobre Frank-los dos pararon de reir y miraron para arriba para ver la cara del profesor Arnold que leía atentamente en el ordenador.

-De eso quería hablarle-Eva se puso al nivel de él-, no sé muy bien que es lo que quiere que haga.

-Yo se lo explico, quiero que descubra a ese hombre. Que lo pille infraganti, ¿me entiende? Eso es lo que hace una buena periodista, investigar-Arnold comenzaba a motivarse-, y usted puede hacer cualquier cosa por pillarle con una alumna. ¿Podrá?

-Aunque es un tema delicado... Por supuesto, no lo tenga en duda.

-Bien, bien. Confío en usted-y se marchó.

-No sé porque pero Arnold tiene algo que...

-¿Qué va a tener?-Eva no dejó terminar a Bill-. Ah, ya sé donde ponerte. Me vas a ayudar con esto porque los otros puestos están todos ocupados y, tengo que reconocer que eres bueno en estas cosas.

-Pero bueno, ¿hoy es el día de la generosidad por Eva?-abrió mucho los ojos sonriendo a más no poder.

-No sigas que te cambio rápidamente.

-De acuerdo. Te lo agradezco mucho, cuando quieras empezamos.

-Está bien. Me voy, hasta luego.

Bill la veía marcharse sin apartar la sonrisa de su rostro.

-Veo que Eva cada día nos cae mejor, ¿no?-su hermano se sentó en el sitio donde hace unos segundos se hallaba Eva.

-Pues sí, estaba muy equivocado con ella. Me va ayudar con lo de Claire y además, ha dejado que le ayude con la noticia del profesor.

-Vaya, vaya-asentía con la cabeza-. Tengo hambre, ¿vamos a comer algo?

-Vamos, seguro que Georg y Gustav nos esperan.

En la cafetería...

-Tom, esa chica de allí no ha quitado sus ojazos azules de ti-decía Gustav señalándole con la mirada detrás de él.

Y todos giraron la cabeza para ver de quien se trataba y la reconocieron, por lo menos Tom y Bill. La chica desvió la mirada avergonzada.

-Esa chica es la que está a dos puertas de la nuestra, ¿a qué si?

-Si-asentía Tom.

-Pues es la primera vez que la veo-añadía Georg-, es guapa.

-Sí, es mona-Bill se encogía de hombros-. Que... ¡eh! Ahora que lo pienso-le dio un golpe a su hermano-, no te he visto con ninguna tía desde que estamos aquí.

-Es cierto-dijeron al unísono sus amigos.

-Bah-se encogió de hombros-, me gustaría descansar un poquito. El pequeño Tom necesita descansar-se frotaba las manos con una sonrisa picarona.

-No me lo creo-dijo su hermano tras unos segundos-, seguro que has estado con alguien y no nos lo quieres decir.

-¿En serio no puedes verme ni un día sin una chica?

-No-y Georg y Gustav le apoyaron.

-La primera vez que te vi tardar tanto en liarte con una tía fue porque tenías gripe y no podías inmutarte-confesó Gustav.

-Vale, pues pensad lo que queráis pero es la verdad-dejó de mirarles y se entretuvo en comer de su plato de espaguettis.

-A no ser que...-los ojos de Bill se iluminaron ante la idea que había tenido-. ¡Te gusta alguien!-lo dijo tan fuerte que casi toda la cafetería se le quedó mirando.

-¿Qué?-enarcó una ceja-. Gustarme me gustan todas.

-Oh, Tom-chasqueó la lengua-. Sabes a lo que me refiero. ¿Vosotros no lo habéis visto hablando o mirando a alguna en especial?-negaron con la cabeza-. Es igual, ya me daré cuenta yo. Que bonito-la sonrisa de Bill se ensachó-, mi hermanito ha crecido-le tocó el pelo como a un niño pequeño y éste se la quitó.

-Bill para, que no me gusta nadie.

-De acuerdo, no hacía falta que te pusieras así...-dejaron la conversación pero Bill no paraba de reirse y mirar a sus compañeros.

“Si tú supieras” pensaba Tom mientras miraba por el rabillo del ojo la mesa de Eva donde estaba sentada con sus amigas mirándo a esa chica que por desgracia para él, era la chica de la que no podía quitar su imagen de su mente. Él quería, quería fijarse en alguien especial para dejar de ir de flor en flor pero, no lo quería tan pronto y menos, de ella.

Sacudió la cabeza borrando esos pensamientos y muy decidido se levantó; sus amigos levantaron la cabeza para mirarle.

-He aquí el Tom de siempre-y después de eso, se dirigió a la mesa de la chica de ojos azules.

Bill, Georg y Gustav se miraron y sonrieron. “No va a cambiar” se dijeron.

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Bill Kaulitz es un chico que todo lo tiene, inteligente, atractivo, cariñoso... Junto a su hermano gemelo Tom y sus dos mejores amigos: Georg y Gustav, se van a embarcar en la aventura de pisar por primera vez la universidad donde se volveran locos por las...sí, las chicas.
Pero Bill queda embobado por una rubia pero lo que no sabe el es que tendrá que recurrir a su peor enemiga para poder conquistar su corazón.
La pregunta es, ¿conquistar el corazón de la rubia o el de su peor enemiga? ;D




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