BON: te quiero
Dicen que el amor no entiende de razas, distancias, sexo o edad. Pero, ¿realmente la sociedad esta preparada para ello? ¿Cómo alguien no puede aceptar el amor entre dos personas? ¿Por que entierran algo tan bonito en el olvido? ¿Cual seria la unica salida? Un amor destinado a la separacion...
-Gracias Amanda ;)
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Bienvenid@s!
Hola! Antes que nada, gracias por el simple hecho de entrar aquí. Aquí os pondré mis historias, mis pensamientos y siempre van a tener como protagonistas a los chicos de Tokio Hotel, aunque no siempre saldrán como tal.
Espero que os guste y que os divirtáis leyendo y pido una única cosa, en esta actual historia los cuatro chicos no son los protagonistas, es mi primera historia así, y me encantaría que a continuación me contárais que os parece.
Me alegraría muchísimo saber que cada visitante elige su opinión en la encuesta =)
Muchísimas gracias por vuestra atención, y espero, sigáis entrando ;)
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lunes, 22 de marzo de 2010
Capítulo 4.
Bill estaba que ardía de la rabia que tenía dentro de sí; sus amigos intentaban calmarle pero estaba claro que Eva se iba a enterar de lo que valía por haberle estropeado las cosas con la chica de su vida y es que, lo quiera o no, aquella rubia de sonrisa perfecta iba a ser de Bill sí o sí.
Mientras buscaba a la culpable por cada rincón de la universidad, planeaba que hacerle: quemarla, estamparla contra la pared, humillarla… “eso sería poco para ella” pensó Bill mientras le salía una sonrisa maléfica.
-¿La has encontrado ya?-preguntaba su hermano con sorna a la vez que pegaba un bocado a su manzana.
-Que va-negó con la cabeza-. Pero ahora la tengo que ver sí o sí.
Bill y su hermano acudían nuevamente a la clase del profesor Arnold Schulze; hoy por primera vez iba a mostrar a sus alumnos la oficina donde a partir de ese día se encargarían de escribir el periódico que tantos años ha estado teniendo su éxito en la universidad: “El Berlín Times”
***
-¿¡Le dijiste qué yo dije eso!?-gritó Eva, con los ojos muy abiertos.
-Pensé que no tenías problemas porque él supiera lo que piensas de él-contestó su amiga encogiéndose de hombros.
-Claro que no-resopló.
Cierto, no tenía ningún problema en que Bill supiera cada cosa que pensaba ella pero eso, iba a ser el comienzo de otra guerra, la peor de todas.
Eva tenía clases con el profesor Arnold, estaba muy entusiasmada ya que hoy se pondría en marcha el periódico y estaba más que segura que la pondría a ella al mando. Su amiga la acompañaba ya que su clase de diseño estaba cerca.
A la chica no le dejaban de surgir pensamientos, los cuales ya le había comentado a Eva, del porqué esa relación con Bill. Se veía un chico inteligente, era muy atractivo y parecía de lo más cariñoso y amable cosa que, tal como lo describía su compañera, no lo era en absoluto.
-Sigo sin entender porque ese rencor hacia él-confesó.
-Ya lo hemos hablado más de una vez-bufó-. Desde el día en que empezó a caerme mal te lo conté.
Y es que Eva y la rubia de sonrisa perfecta, se conocían desde que eran enanas. Da la casualidad que la rubia de sonrisa perfecta vivía en Hamburgo y veraneaba en México y dio la casualidad de que se decantó por ir a la misma universidad que ella.
-Sí pero, no se parece en nada a como me lo describías y me lo describes.
Eva se paró, la miró fijamente a los ojos y eso hizo que la intimidara un poco.
-¿Por qué no te fijas mejor en Tom? Al fin y al cabo son gemelos, distintos pero, gemelos.
-No conozco para nada a Tom y ya sé que es un pica flor y que no puede tener una relación seria con nadie-comenzó a andar y Eva la siguió.
-De acuerdo. Pero hay demasiados chicos en esta universidad-la agarró del brazo e hizo que mirara a su alrededor-. Y cualquiera puede ser tuyo pero por favor, en Bill no-se lo suplicó-, no soportaría tenerlo como novio de mi mejor amiga.
-Está bien-dijo cansada y le sonrió-. Desde hoy Bill no me interesa para nada.
-Así me gusta-la abrazó fuertemente-. Nos vemos después. ¡Chao!-la despidió con la mano y entró en la clase.
***
-Mírala-Bill la espiaba desde su asiento y achinó la mirada hablando con desprecio-, tan contenta corriendo a contarle a sus amigas: ¿sabéis qué? He vuelto a joder a Bill, porque como no tengo otra cosa que hacer aparte de decirme lo estúpida que puedo llegar a ser…-puso vocecilla.
-¿Te estás oyendo?-preguntó su hermano, perplejo-. La rabia te está trastornando.
Bill iba a contestarle pero justamente entró el profesor mandándoles que le siguieran. Fueron al otro edificio y entraron a una habitación no muy lejana donde se encontraban unos cuantos ordenadores, con fotocopiadoras, periódicos, libros etc.
-A partir de ahora vais a pasar aquí el resto del día. Si os vais colocando y no armáis ruido, os diré que lugar os corresponde a cada uno-el profesor sacó unos papeles de su maletín y mientras estaba distraído Bill aprovechó para hablar con su hermano.
-En cuanto termine iré hablar con ella-murmuró sin quitarle ojo de encima.
-¿Y qué le vas a decir? Eva me tienes hasta las narices, ¿por qué le dices a tú amiga que no puede hablar conmigo? Es que yo quiero juntarme con ella…-Tom imitó la rabieta de un niño pequeño burlándose de su hermano.
-¿Te estás oyendo?-Bill repitió perplejo lo que hacia poco le había dicho su hermano.
Tom reprimió un suspiro y apoyándose en la mesa prestó atención al profesor.
-De acuerdo, solo tengo que elegir al jefe y éste se encargará de todo lo demás. En cuanto al jefe, iré rotando ya que quiero ver como tratáis con este tema así que, estaréis cada mes uno distinto. Claro está que elegiré a los que más capacitados estén y eso dice que todos, no estaréis al mando-se oyeron algunos bufidos por detrás que el profesor ignoró.
Bill dirigió la mirada a su enemiga y la vio más entusiasmada que nunca, seguro porque pensaba que el profesor la iba a elegir a ella. Estaba deseando que dijera su nombre, para ver su cara, disfrutaría más que nunca.
-Kaulitz, Bill Kaulitz-dijo el profesor.
Bill miró a su hermano y en décimas de segundos se convirtió en la alegría en persona. Bill reprimió un grito de alegría pero no por mucho tiempo.
Dirigió rápidamente la mirada hacia a Eva que veía como le entraba un tic en el ojo de la rabia y apretaba mucho sus puños; el profesor le hizo una seña a éste para que se acercara a él y pasó acaso hecho al lado de Eva con aires de superioridad y más contento que él mismo parándose enfrente de ella.
-Soy tú jefe-dijo en una carcajada señalándola.
Eva no soportó aquello y sin pensárselo, dio a Bill un enorme pisotón que éste para no gritar de dolor se mordió el labio.
-Lo siento jefe, por poco tiempo-esbozó una sonrisa y Bill la fulminó con la mirada.
-Te voy a…-se mordió la lengua para no seguir.
-¿Habéis acabado?-los dos desviaron la mirada al profesor que enarcaba una ceja.
Bill se acercó a él cojeando.
-Ahora ya sabes lo que tienes que hacer, aquí tienes la lista con las categorías-le tendió unas hojas que revisó rápidamente-. Ahora mismo vuelvo.
-Bien, Tom te encargarás de los deportes junto con Helen, Marc y Jörg…
Aún le faltaban un par de chicos para colocar y eso incluía a Eva; Bill esperaba encontrar algo que la fastidiara y dio con ello.
-Bill aquí tienes-dijo el profesor difícilmente ya que traía un buen montón de papeles y le costó dejarlo en la mesa-noticias antiguas que aún no han sido resueltas y espero, que puedas hacerlo tú-a Bill se le encendió la bombilla.
-Pues vosotros tres-señaló a dos chicas y a un chico que estaban al lado de Eva esperando órdenes de su jefe-, os encargaréis de la portada y Eva, a ti te espera todo esto-sonrió burlón.
-No puedes dejarme con todo eso a mí sola-le replicó acercándose a él.
-¿Por qué no? Si tú puedes con todo, ¿qué se le resiste a Eva?-usó el sarcasmo.
-¿Y tú qué es lo que vas hacer, tocarte las narices?
-Puede ser-se encogió de hombros.
-De eso nada-cogió la mitad de los papeles y sin apartar la vista de él los dejó caer encima de su mano.
-¡Dios!-no pudo aguantarse.
-¿Qué pasa allí?-preguntó el profesor, todos pararon de hacer lo que estaban haciendo para prestar la atención en aquellos dos.
-Nada profesor, solo que Bill se ha prestado para ayudarme con el tema de las noticias-Bill iba a protestar pero Eva le espachurró más la mano y no pudo decir nada más.
-Haced lo que queráis pero hacedlo bien-les advirtió.
-Deja…de espachurrarme la mano-dijo entre dientes. Cuando la quitó hizo una mueca de dolor y de alivio.
-Ya sabes lo que tienes que hacer, si puedes claro-murmuró.
-Me estás subestimando demasiado Eva. Claro que puedo, al igual que puedo mandarte a la mierda-ahora es cuando le iba a echar la bronca por lo de su amiga.
-Oh, ¿por qué?-fingió estar dolida.
La clase terminó y todos comenzaron a salir de allí; Eva hizo ademán de irse pero Bill la retuvo, aún no había acabado su conversación.
-Bill te espero fuera-le dijo su hermano ya que no quería presenciar aquella disputa.
-¿Qué es lo que quieres ahora?-le replicó.
-Quería saber, si fuera posible ¿sabes? Porque…esto…-comenzó a vacilar-, ¿por qué no me dejas tranquilo?
-¡Perdona! Eres tú el que no dejas de incordiarme.
-Podría dejarte en paz pero resulta que eres tú la que haces posible que no tenga una vida normal.
-¿Pero de qué hablas?-lo miró como a un loco.
-De lo de tú amiga. ¿Por qué le tienes que decir qué no hable conmigo? ¿Eres su madre?
Eva se quedó callada, pensando en que contestarle pero tan solo le salió una risa.
-¿Es por eso? ¿Te has parado a pensar que puede que eso tan solo haya sido una excusa para no decirte a la cara que no le interesas?-mintió.
Bill iba a decir algo pero no sabía el qué así que tan solo abrió la boca.
Ella rió ante su victoria.
-Espera-la siguió y la paró justo en el pasillo, Tom estaba allí pendiente-. Quiero que te enteres de una cosa-la mirada de Bill era otra, con más desprecio que nunca-, que tú seas una amargada y no sepas ser feliz no tienes derecho a que los demás sean como tú.
Tom abrió la boca al igual que Eva que también puso los ojos en blanco. Aquellas frases llegaron a dolerle a Eva.
-Vete a la mismísima mierda-le susurró y se marchó más cabreada que nunca.
Tom se paró enfrente de su hermano, sin apartarle la vista de encima.
-¿Qué?-frunció el ceño.
-Nada-se encogió de hombros-, estoy harto de vuestras peleitas. O se pasa ella o te pasas tú pero no podéis estar así continuamente. Acabareis bastante mal.
Bill no le contestó, tan solo se limitó a seguirle hasta su próxima clase muy orgulloso de lo que le había dicho a Eva hacia tan solo un minuto.
Mientras buscaba a la culpable por cada rincón de la universidad, planeaba que hacerle: quemarla, estamparla contra la pared, humillarla… “eso sería poco para ella” pensó Bill mientras le salía una sonrisa maléfica.
-¿La has encontrado ya?-preguntaba su hermano con sorna a la vez que pegaba un bocado a su manzana.
-Que va-negó con la cabeza-. Pero ahora la tengo que ver sí o sí.
Bill y su hermano acudían nuevamente a la clase del profesor Arnold Schulze; hoy por primera vez iba a mostrar a sus alumnos la oficina donde a partir de ese día se encargarían de escribir el periódico que tantos años ha estado teniendo su éxito en la universidad: “El Berlín Times”
***
-¿¡Le dijiste qué yo dije eso!?-gritó Eva, con los ojos muy abiertos.
-Pensé que no tenías problemas porque él supiera lo que piensas de él-contestó su amiga encogiéndose de hombros.
-Claro que no-resopló.
Cierto, no tenía ningún problema en que Bill supiera cada cosa que pensaba ella pero eso, iba a ser el comienzo de otra guerra, la peor de todas.
Eva tenía clases con el profesor Arnold, estaba muy entusiasmada ya que hoy se pondría en marcha el periódico y estaba más que segura que la pondría a ella al mando. Su amiga la acompañaba ya que su clase de diseño estaba cerca.
A la chica no le dejaban de surgir pensamientos, los cuales ya le había comentado a Eva, del porqué esa relación con Bill. Se veía un chico inteligente, era muy atractivo y parecía de lo más cariñoso y amable cosa que, tal como lo describía su compañera, no lo era en absoluto.
-Sigo sin entender porque ese rencor hacia él-confesó.
-Ya lo hemos hablado más de una vez-bufó-. Desde el día en que empezó a caerme mal te lo conté.
Y es que Eva y la rubia de sonrisa perfecta, se conocían desde que eran enanas. Da la casualidad que la rubia de sonrisa perfecta vivía en Hamburgo y veraneaba en México y dio la casualidad de que se decantó por ir a la misma universidad que ella.
-Sí pero, no se parece en nada a como me lo describías y me lo describes.
Eva se paró, la miró fijamente a los ojos y eso hizo que la intimidara un poco.
-¿Por qué no te fijas mejor en Tom? Al fin y al cabo son gemelos, distintos pero, gemelos.
-No conozco para nada a Tom y ya sé que es un pica flor y que no puede tener una relación seria con nadie-comenzó a andar y Eva la siguió.
-De acuerdo. Pero hay demasiados chicos en esta universidad-la agarró del brazo e hizo que mirara a su alrededor-. Y cualquiera puede ser tuyo pero por favor, en Bill no-se lo suplicó-, no soportaría tenerlo como novio de mi mejor amiga.
-Está bien-dijo cansada y le sonrió-. Desde hoy Bill no me interesa para nada.
-Así me gusta-la abrazó fuertemente-. Nos vemos después. ¡Chao!-la despidió con la mano y entró en la clase.
***
-Mírala-Bill la espiaba desde su asiento y achinó la mirada hablando con desprecio-, tan contenta corriendo a contarle a sus amigas: ¿sabéis qué? He vuelto a joder a Bill, porque como no tengo otra cosa que hacer aparte de decirme lo estúpida que puedo llegar a ser…-puso vocecilla.
-¿Te estás oyendo?-preguntó su hermano, perplejo-. La rabia te está trastornando.
Bill iba a contestarle pero justamente entró el profesor mandándoles que le siguieran. Fueron al otro edificio y entraron a una habitación no muy lejana donde se encontraban unos cuantos ordenadores, con fotocopiadoras, periódicos, libros etc.
-A partir de ahora vais a pasar aquí el resto del día. Si os vais colocando y no armáis ruido, os diré que lugar os corresponde a cada uno-el profesor sacó unos papeles de su maletín y mientras estaba distraído Bill aprovechó para hablar con su hermano.
-En cuanto termine iré hablar con ella-murmuró sin quitarle ojo de encima.
-¿Y qué le vas a decir? Eva me tienes hasta las narices, ¿por qué le dices a tú amiga que no puede hablar conmigo? Es que yo quiero juntarme con ella…-Tom imitó la rabieta de un niño pequeño burlándose de su hermano.
-¿Te estás oyendo?-Bill repitió perplejo lo que hacia poco le había dicho su hermano.
Tom reprimió un suspiro y apoyándose en la mesa prestó atención al profesor.
-De acuerdo, solo tengo que elegir al jefe y éste se encargará de todo lo demás. En cuanto al jefe, iré rotando ya que quiero ver como tratáis con este tema así que, estaréis cada mes uno distinto. Claro está que elegiré a los que más capacitados estén y eso dice que todos, no estaréis al mando-se oyeron algunos bufidos por detrás que el profesor ignoró.
Bill dirigió la mirada a su enemiga y la vio más entusiasmada que nunca, seguro porque pensaba que el profesor la iba a elegir a ella. Estaba deseando que dijera su nombre, para ver su cara, disfrutaría más que nunca.
-Kaulitz, Bill Kaulitz-dijo el profesor.
Bill miró a su hermano y en décimas de segundos se convirtió en la alegría en persona. Bill reprimió un grito de alegría pero no por mucho tiempo.
Dirigió rápidamente la mirada hacia a Eva que veía como le entraba un tic en el ojo de la rabia y apretaba mucho sus puños; el profesor le hizo una seña a éste para que se acercara a él y pasó acaso hecho al lado de Eva con aires de superioridad y más contento que él mismo parándose enfrente de ella.
-Soy tú jefe-dijo en una carcajada señalándola.
Eva no soportó aquello y sin pensárselo, dio a Bill un enorme pisotón que éste para no gritar de dolor se mordió el labio.
-Lo siento jefe, por poco tiempo-esbozó una sonrisa y Bill la fulminó con la mirada.
-Te voy a…-se mordió la lengua para no seguir.
-¿Habéis acabado?-los dos desviaron la mirada al profesor que enarcaba una ceja.
Bill se acercó a él cojeando.
-Ahora ya sabes lo que tienes que hacer, aquí tienes la lista con las categorías-le tendió unas hojas que revisó rápidamente-. Ahora mismo vuelvo.
-Bien, Tom te encargarás de los deportes junto con Helen, Marc y Jörg…
Aún le faltaban un par de chicos para colocar y eso incluía a Eva; Bill esperaba encontrar algo que la fastidiara y dio con ello.
-Bill aquí tienes-dijo el profesor difícilmente ya que traía un buen montón de papeles y le costó dejarlo en la mesa-noticias antiguas que aún no han sido resueltas y espero, que puedas hacerlo tú-a Bill se le encendió la bombilla.
-Pues vosotros tres-señaló a dos chicas y a un chico que estaban al lado de Eva esperando órdenes de su jefe-, os encargaréis de la portada y Eva, a ti te espera todo esto-sonrió burlón.
-No puedes dejarme con todo eso a mí sola-le replicó acercándose a él.
-¿Por qué no? Si tú puedes con todo, ¿qué se le resiste a Eva?-usó el sarcasmo.
-¿Y tú qué es lo que vas hacer, tocarte las narices?
-Puede ser-se encogió de hombros.
-De eso nada-cogió la mitad de los papeles y sin apartar la vista de él los dejó caer encima de su mano.
-¡Dios!-no pudo aguantarse.
-¿Qué pasa allí?-preguntó el profesor, todos pararon de hacer lo que estaban haciendo para prestar la atención en aquellos dos.
-Nada profesor, solo que Bill se ha prestado para ayudarme con el tema de las noticias-Bill iba a protestar pero Eva le espachurró más la mano y no pudo decir nada más.
-Haced lo que queráis pero hacedlo bien-les advirtió.
-Deja…de espachurrarme la mano-dijo entre dientes. Cuando la quitó hizo una mueca de dolor y de alivio.
-Ya sabes lo que tienes que hacer, si puedes claro-murmuró.
-Me estás subestimando demasiado Eva. Claro que puedo, al igual que puedo mandarte a la mierda-ahora es cuando le iba a echar la bronca por lo de su amiga.
-Oh, ¿por qué?-fingió estar dolida.
La clase terminó y todos comenzaron a salir de allí; Eva hizo ademán de irse pero Bill la retuvo, aún no había acabado su conversación.
-Bill te espero fuera-le dijo su hermano ya que no quería presenciar aquella disputa.
-¿Qué es lo que quieres ahora?-le replicó.
-Quería saber, si fuera posible ¿sabes? Porque…esto…-comenzó a vacilar-, ¿por qué no me dejas tranquilo?
-¡Perdona! Eres tú el que no dejas de incordiarme.
-Podría dejarte en paz pero resulta que eres tú la que haces posible que no tenga una vida normal.
-¿Pero de qué hablas?-lo miró como a un loco.
-De lo de tú amiga. ¿Por qué le tienes que decir qué no hable conmigo? ¿Eres su madre?
Eva se quedó callada, pensando en que contestarle pero tan solo le salió una risa.
-¿Es por eso? ¿Te has parado a pensar que puede que eso tan solo haya sido una excusa para no decirte a la cara que no le interesas?-mintió.
Bill iba a decir algo pero no sabía el qué así que tan solo abrió la boca.
Ella rió ante su victoria.
-Espera-la siguió y la paró justo en el pasillo, Tom estaba allí pendiente-. Quiero que te enteres de una cosa-la mirada de Bill era otra, con más desprecio que nunca-, que tú seas una amargada y no sepas ser feliz no tienes derecho a que los demás sean como tú.
Tom abrió la boca al igual que Eva que también puso los ojos en blanco. Aquellas frases llegaron a dolerle a Eva.
-Vete a la mismísima mierda-le susurró y se marchó más cabreada que nunca.
Tom se paró enfrente de su hermano, sin apartarle la vista de encima.
-¿Qué?-frunció el ceño.
-Nada-se encogió de hombros-, estoy harto de vuestras peleitas. O se pasa ella o te pasas tú pero no podéis estar así continuamente. Acabareis bastante mal.
Bill no le contestó, tan solo se limitó a seguirle hasta su próxima clase muy orgulloso de lo que le había dicho a Eva hacia tan solo un minuto.
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TSUPDOAA
Bill Kaulitz es un chico que todo lo tiene, inteligente, atractivo, cariñoso... Junto a su hermano gemelo Tom y sus dos mejores amigos: Georg y Gustav, se van a embarcar en la aventura de pisar por primera vez la universidad donde se volveran locos por las...sí, las chicas.
Pero Bill queda embobado por una rubia pero lo que no sabe el es que tendrá que recurrir a su peor enemiga para poder conquistar su corazón.
La pregunta es, ¿conquistar el corazón de la rubia o el de su peor enemiga? ;D
Da click abajo para leer todos los capítulos ;)
Pero Bill queda embobado por una rubia pero lo que no sabe el es que tendrá que recurrir a su peor enemiga para poder conquistar su corazón.
La pregunta es, ¿conquistar el corazón de la rubia o el de su peor enemiga? ;D
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