BON: te quiero
Dicen que el amor no entiende de razas, distancias, sexo o edad. Pero, ¿realmente la sociedad esta preparada para ello? ¿Cómo alguien no puede aceptar el amor entre dos personas? ¿Por que entierran algo tan bonito en el olvido? ¿Cual seria la unica salida? Un amor destinado a la separacion...
-Gracias Amanda ;)
-Gracias Amanda ;)
Bienvenid@s!
Hola! Antes que nada, gracias por el simple hecho de entrar aquí. Aquí os pondré mis historias, mis pensamientos y siempre van a tener como protagonistas a los chicos de Tokio Hotel, aunque no siempre saldrán como tal.
Espero que os guste y que os divirtáis leyendo y pido una única cosa, en esta actual historia los cuatro chicos no son los protagonistas, es mi primera historia así, y me encantaría que a continuación me contárais que os parece.
Me alegraría muchísimo saber que cada visitante elige su opinión en la encuesta =)
Muchísimas gracias por vuestra atención, y espero, sigáis entrando ;)
Espero que os guste y que os divirtáis leyendo y pido una única cosa, en esta actual historia los cuatro chicos no son los protagonistas, es mi primera historia así, y me encantaría que a continuación me contárais que os parece.
Me alegraría muchísimo saber que cada visitante elige su opinión en la encuesta =)
Muchísimas gracias por vuestra atención, y espero, sigáis entrando ;)
Links Tokio Hotel
VISITAS FICS THU
Comenta
sábado, 27 de marzo de 2010
Capítulo 22.
Y finalmente el domingo pasó lento para todos los que estaban de resaca; era increíble pero durante estos últimos días resplandecía bastante el solo. Eso era buena señal para estar alegres, según Eva.
Estaba deseando ir a su primera clase, para encontrarse con Bill; quizás, hablarían de lo que estuvo a punto de pasar según le había contado Roberto…
Durante la trayectoría, Eva no paraba de escuchar cosas como “en la fiesta estuviste genial” o “¿cuándo me enseñaras a bailar así?”. Cosa que hacía que se pusiera muy, muy colorada. Claire tenía razón, ahora todo el campus hablaría de ella, pero para bien, y eso le gustaba mucho.
Al llegar a clase vio que Bill estaba sentado junto a su hermano hablando tranquillamente. Respiró hondo y con una sonrisa en su rostro se acercó a ellos.
-¿Qué tal chicos?-Bill estaba de espaldas y al escucharla el corazón le dio un vuelco que lo ignoró rápidamente y no se molestó en mirarla, tan solo le dedicó una mirada de ayuda a su hermano.
-Eva-en cambio, a Tom si le alegró en parte verla-. ¿Cómo estás?
-Muy bien-asintió con la cabeza-. ¿Y tú Bill?-dijo finalmente.
Bill entrecerró los ojos y se inventó una excusa.
-Eva-dijo aburrido dándose la vuelta-. Ve pensando en donde ponerme ahora, ya que no tenemos que espiar a Frank-Eva se dio cuenta del tono de su voz y supo que algo no iba del todo bien.
Miró a Tom y éste enarcó sus cejas para después mirar a otro sitio.
-Claro-tartamudeó y bajó la mirada-. Como quieras…-sentía que ahí no pintaba nada y se sentó en la primera fila, sola.
Tom no comentó nada porque aunque no le gustara aquello, sabía que había sido él quien le dio la idea a su hermano.
-Viene de nuevo-le avisó Tom al ver que Eva no muy contenta volvía hacia ellos.
-Te pondrás con tú hermano.
-De acuerdo-volvió a decirlo aburrido sin mirarla a la cara.
A Eva le entró muchísimo coraje y se fue de allí apretando sus puños.
Desde ese lunes, no volvieron a hablar más. Martes, miércoles y jueves; Bill pasaba completamente de ella y aunque a ella le doliera no pensaba ir trás él. Su madre la llamó días atrás y le comunicó que solo faltaban los novios para que todo se realizara y desde ese día, tenía algo en el estómago que iba a cobrar vida…
En la tarde del jueves, Eva fue a comunicarle al director su situación y que aunque le doliera muchísimo, tendría que dejar las clases. Por supuesto, el director no dudó en abrirle sus puertas siempre que quisiera volver a lo que ella, agradeció muchísimo.
Mientras tanto, en la habitación de ésta…
-Eva me ha comentado que pasas de ella, quería que te preguntara, ¿por qué?
Bill se encogió de hombros y por un momento dejó la mirada perdida pensando en que contestarle.
-Verás…-sin dejar de tener su mano entrelazada con la de la chica se puso en pie-… me molestó que se pusiera así la otra noche. No me gustó verla así y, me molestó bastante-dijo lo primero que se le ocurrió.
-Mmmm, de acuerdo. Se lo diré-asintió con la cabeza-. No estaría mal que te hablaras con ella-se puso a su nivel-, dentro de poco se irá-le dolió escuchar aquello y tragó saliva.
-Oh-murmuró.
Giraron la cabeza al escuchar la puerta abrirse.
-Perdonad-Eva retrocedió. Bill apartó la mirada-. Pensaba que no había nadie, ya me voy.
-No-saltó mirando a Claire-, yo ya me iba-la besó y Eva ignoró aquello-. Ya nos veremos-cogió sus cosas y se dirigió a la puerta.
Le dolió tanto que pasara por su lado y que ni le dirigiera la mirada, ni un simple adiós, ni una simple mirada de repugnancia de las de antes. Nada… absolutamente nada… Eva cerró fuertemente los ojos al sentir la puerta cerrarse tras de él.
-No me gusta veros así-apuntó Claire-, pero ya sé la razón. Me ha dicho que le molestó verte así de bebida.
-Ah-suspiró de alivió. Pensaba que podía llegar a ser otra cosa peor-. Pues, será mejor que vaya a pedirle disculpas-Claire asintió y Eva fue corriendo trás él.
Lo vio irse por su derecha.
-Bill-lo había escuchado perfectamente pero como sabía que provenía de ella tenía que ignorarla y aceleró su paso-. Bill-lo alcanzó y lo agarró del brazo dándole la vuelta para que la mirase.
-Que quieres-evitaba cualquier cruce con su mirada.
-Quería pedirte, disculpas-agachó la mirada, sonrojada-. Sé que te molestó como me puse el sábado.
-¿Sabes lo qué me molesta?-la interrumpió. Eva puso los ojos en blanco esperando a que continuara-. Que alguien como tú que protestas por todo no seas capaz de decir que no te quieres casar con Roberto-su tono de voz era una mezcla de dolor con rabia, tirando más a rabia.
-¿Cómo…?-solo pudo decir eso, incrédula-. No eres nadie para hablarme así-le tembló la voz-. Además-se enfureció-, has estado pasando de mí todos estos días, ¿qué te importa lo que vaya hacer con mi vida?-Bill no contestó, se iba a marchar en cualquier momento-. Porque si has pasado de mí será porque ya tienes a Claire y yo ya no te sirvo-se cruzó de brazos y luchó por no llorar frente a él.
Bill la miró incrédulo, “¿cómo puede pensar qué no me sirve?” pensó. Pero también pensó que, cuanto más lejos de ella… mejor.
-Sí-siseó-. Tienes toda la razón, solo hice las paces para esto y me ha salido genial-se mantuvo para seguir mintiendo y por lo que veía, iba bien. A Eva le cambió el rostro-. Te doy las gracias, sí, tengo que dártelas. Por eso, te deseo una buenísima boda y, envíame una postal desde tu luna de miel-hizo ademán de irse.
-Entonces, ¿por qué quisiste besarme?
Aquella pregunta le pilló por sorpresa.
-¿De qué vas? Jamás intentaría besarte, mírate. Te vas a casar con el primero que han pillado tus padres, porque sino…-resopló y sonrió. Lo más duro de todo aquello no era la lágrima que se le acababa de escapar a Eva sino que, Bill se estaba creyendo sus propias mentiras. Estaba tan cegado en que nunca podría estar enamorado de ella que llegó a lastimarla pero bien.
-Eres un idiota, engreído y anormal-dijo entre dientes.
-¿Algo más?-dijo en una risa floja-. Si vas a escribirme eso, mejor no me envies ninguna postal, ¿de acuerdo? Pásatelo bien-se dio media vuelta sin aires de preocupación, estaba claro que le importaba poco la reacción de ella.
Nunca le había gustado llorar en público, pero se encontraba tan mal que no era capaz de ir corriendo y esconderse para llorar. Apoyándose en la pared, enterró su rostro en sus manos, sollozando; ¿cómo podía estar enamorada de alguien tan cruel? No, jamás lo había creído de ese modo; vale que se hubiera pasado pero, ¿llegar a este ese punto? Era superior a sus fuerzas…
Cogiendo su teléfono móvil marcó el número de Roberto, al segundo toque ya lo había cogido.
-Roberto, necesito que vengas ya a por mí.
-¿Qué? Eva ya voy mañana.
-Pero necesito que vengas ya-gritó-. Por favor-le suplicó.
-¿Qué te ocurre?-se preocupó.
-Te lo contaré si vienes ya.
-De acuerdo-ladeó-. Estaré allí lo más pronto posible.
-Gracias-colgó y acto seguido se secó lás lágrimas respirando hondo.
-¿Te encuentras bien?-Eva miró a su lado derecho de donde provenía la voz. Eva no se lo pensó y después de mirarle unos segundos se abalanzó hacia Frank. Éste puso los ojos en blanco pero supo de enseguida que algo no iba bien con ella y que lo que necesitaba era apoyo, por eso le devolvió el abrazo.
-Gracias-se apartó de él. Frank metió su mano en el bolsillo y sacó un pañuelo para ofrecérselo-. Lo necesitaba.
-¿Me puedes contar qué te pasa?
Eva miró dubitativa el atractivo rostro del profesor.
-Sí, pero aquí no.
-De acuerdo, vayamos a mi despacho-apoyó su mano en su espalda y empezaron a andar.
***
Bill no supo donde ir después de su discusión con Eva; no tenía ganas de calentarse la cabeza, lo que había echo estaba echo por más que se arrepienta, cosa que no la veía del todo cierto. Él dijo esas cosas, ¿por qué echarse atrás ahora? No le veía explicación, por lo tanto no se iría a arrepentir.
Miró su reloj y ya llegaba tarde a su última clase del jueves. Corrió por los pasillos, pero paró en seco en cuanto vio salir al profesor Frank con Eva del despacho de éste. Se escondió para espiarlos; Frank parecía consolarla. “¿Encima?” gritó, incrédulo en su fuero interno. No veía bien que se hiciera la víctima porque lo tenía bastante fácil para decir un NO. Resopló dándose media vuelta y olvidándolo todo, absolutamente todo.
***
-Gracias, profesor-murmuró Eva.
-A ti querida-cogió sus manos-. Verás como todo irá bien-le guiñó un ojo y Eva se fue dedicándole antes una mirada de agradecimiento por haberla escuchado esa hora.
Fue directa a la habitación, había pasado más de una hora desde que llamó a Roberto y no tardaría mucho en aparecer por aquí.
-Claire, menos mal que te piyo…-decía, baja de ánimos al entrar a su habitación.
-¿Lo habéis solucionado tú y Bill?-preguntaba dando vueltas por toda la habitación, buscaba algo.
-Que va-bajó la mirada.
-¿No?-gritó, parándose para observarla-. No te preocupes ya hablo yo con el…-siguió buscando-. Aquí estás-dio un salto cuando encontró su carpeta-. Ahora tengo que irme a clase.
-Me voy a México, Roberto está al llegar-dijo en un hilo de voz.
Claire entre abrió la boca y se sentó, sorprendida y confusa.
-¿No era mañana?
-Cuanto antes mejor-se sentó a su lado.
Claire la miró un segundo, pasó su brazo por encima de sus hombros y la abrazó fuertemente.
-Todo irá bien-le susurró.
Eva iba a decir algo pero la interrumpieron tocando a la puerta.
-Está abierta-gritó Claire.
Esperaron atentas para ver a quien entraba.
-Hola-esbozó una media sonrisa jugando con el picaporte.
-Prepararé mis cosas-dijo a la vez que se levantaba.
Claire miraba a Roberto como se dirigió a ayudar a quien sería su esposa a preparar las maletas para dirigirse a un nuevo futuro.
-¿Vendréis a verme?-se puso en pie, cruzándose de brazos.
Roberto miró a Eva antes de decir nada.
-Sí, claro. ¿Qué iría hacer sin ver a la canija?-bromeó.
-Por supuesto que sí-Eva dio un paso hacia ella-. Que me vaya a…-le costaba decir aquella palabra-… casar no quiere decir que no pueda venir a verte. Y tú tienes que pasar las vacaciones allí-sus ojos se humedecieron y al verla así, corrió a abrazarla.
-Te voy a echar tanto de menos…-la besó en la mejilla.
-Yo también-se separó un poco de ella y secó con su mano las lágrimas que le caían a su mejor amiga.
-Basta, no soporto las despedidas-cogió sus cosas y abrió la puerta-. Deseo que os vaya lo mejor posible-le dedicó una última mirada a su amiga y se marchó.
-¿Me vas a contar por qué nos vamos hoy?-Eva se quitó el rastro de lágrimas girándose para ver a Roberto que pedía una explicación y ella, se la iba a dar como le había dicho.
Estaba deseando ir a su primera clase, para encontrarse con Bill; quizás, hablarían de lo que estuvo a punto de pasar según le había contado Roberto…
Durante la trayectoría, Eva no paraba de escuchar cosas como “en la fiesta estuviste genial” o “¿cuándo me enseñaras a bailar así?”. Cosa que hacía que se pusiera muy, muy colorada. Claire tenía razón, ahora todo el campus hablaría de ella, pero para bien, y eso le gustaba mucho.
Al llegar a clase vio que Bill estaba sentado junto a su hermano hablando tranquillamente. Respiró hondo y con una sonrisa en su rostro se acercó a ellos.
-¿Qué tal chicos?-Bill estaba de espaldas y al escucharla el corazón le dio un vuelco que lo ignoró rápidamente y no se molestó en mirarla, tan solo le dedicó una mirada de ayuda a su hermano.
-Eva-en cambio, a Tom si le alegró en parte verla-. ¿Cómo estás?
-Muy bien-asintió con la cabeza-. ¿Y tú Bill?-dijo finalmente.
Bill entrecerró los ojos y se inventó una excusa.
-Eva-dijo aburrido dándose la vuelta-. Ve pensando en donde ponerme ahora, ya que no tenemos que espiar a Frank-Eva se dio cuenta del tono de su voz y supo que algo no iba del todo bien.
Miró a Tom y éste enarcó sus cejas para después mirar a otro sitio.
-Claro-tartamudeó y bajó la mirada-. Como quieras…-sentía que ahí no pintaba nada y se sentó en la primera fila, sola.
Tom no comentó nada porque aunque no le gustara aquello, sabía que había sido él quien le dio la idea a su hermano.
-Viene de nuevo-le avisó Tom al ver que Eva no muy contenta volvía hacia ellos.
-Te pondrás con tú hermano.
-De acuerdo-volvió a decirlo aburrido sin mirarla a la cara.
A Eva le entró muchísimo coraje y se fue de allí apretando sus puños.
Desde ese lunes, no volvieron a hablar más. Martes, miércoles y jueves; Bill pasaba completamente de ella y aunque a ella le doliera no pensaba ir trás él. Su madre la llamó días atrás y le comunicó que solo faltaban los novios para que todo se realizara y desde ese día, tenía algo en el estómago que iba a cobrar vida…
En la tarde del jueves, Eva fue a comunicarle al director su situación y que aunque le doliera muchísimo, tendría que dejar las clases. Por supuesto, el director no dudó en abrirle sus puertas siempre que quisiera volver a lo que ella, agradeció muchísimo.
Mientras tanto, en la habitación de ésta…
-Eva me ha comentado que pasas de ella, quería que te preguntara, ¿por qué?
Bill se encogió de hombros y por un momento dejó la mirada perdida pensando en que contestarle.
-Verás…-sin dejar de tener su mano entrelazada con la de la chica se puso en pie-… me molestó que se pusiera así la otra noche. No me gustó verla así y, me molestó bastante-dijo lo primero que se le ocurrió.
-Mmmm, de acuerdo. Se lo diré-asintió con la cabeza-. No estaría mal que te hablaras con ella-se puso a su nivel-, dentro de poco se irá-le dolió escuchar aquello y tragó saliva.
-Oh-murmuró.
Giraron la cabeza al escuchar la puerta abrirse.
-Perdonad-Eva retrocedió. Bill apartó la mirada-. Pensaba que no había nadie, ya me voy.
-No-saltó mirando a Claire-, yo ya me iba-la besó y Eva ignoró aquello-. Ya nos veremos-cogió sus cosas y se dirigió a la puerta.
Le dolió tanto que pasara por su lado y que ni le dirigiera la mirada, ni un simple adiós, ni una simple mirada de repugnancia de las de antes. Nada… absolutamente nada… Eva cerró fuertemente los ojos al sentir la puerta cerrarse tras de él.
-No me gusta veros así-apuntó Claire-, pero ya sé la razón. Me ha dicho que le molestó verte así de bebida.
-Ah-suspiró de alivió. Pensaba que podía llegar a ser otra cosa peor-. Pues, será mejor que vaya a pedirle disculpas-Claire asintió y Eva fue corriendo trás él.
Lo vio irse por su derecha.
-Bill-lo había escuchado perfectamente pero como sabía que provenía de ella tenía que ignorarla y aceleró su paso-. Bill-lo alcanzó y lo agarró del brazo dándole la vuelta para que la mirase.
-Que quieres-evitaba cualquier cruce con su mirada.
-Quería pedirte, disculpas-agachó la mirada, sonrojada-. Sé que te molestó como me puse el sábado.
-¿Sabes lo qué me molesta?-la interrumpió. Eva puso los ojos en blanco esperando a que continuara-. Que alguien como tú que protestas por todo no seas capaz de decir que no te quieres casar con Roberto-su tono de voz era una mezcla de dolor con rabia, tirando más a rabia.
-¿Cómo…?-solo pudo decir eso, incrédula-. No eres nadie para hablarme así-le tembló la voz-. Además-se enfureció-, has estado pasando de mí todos estos días, ¿qué te importa lo que vaya hacer con mi vida?-Bill no contestó, se iba a marchar en cualquier momento-. Porque si has pasado de mí será porque ya tienes a Claire y yo ya no te sirvo-se cruzó de brazos y luchó por no llorar frente a él.
Bill la miró incrédulo, “¿cómo puede pensar qué no me sirve?” pensó. Pero también pensó que, cuanto más lejos de ella… mejor.
-Sí-siseó-. Tienes toda la razón, solo hice las paces para esto y me ha salido genial-se mantuvo para seguir mintiendo y por lo que veía, iba bien. A Eva le cambió el rostro-. Te doy las gracias, sí, tengo que dártelas. Por eso, te deseo una buenísima boda y, envíame una postal desde tu luna de miel-hizo ademán de irse.
-Entonces, ¿por qué quisiste besarme?
Aquella pregunta le pilló por sorpresa.
-¿De qué vas? Jamás intentaría besarte, mírate. Te vas a casar con el primero que han pillado tus padres, porque sino…-resopló y sonrió. Lo más duro de todo aquello no era la lágrima que se le acababa de escapar a Eva sino que, Bill se estaba creyendo sus propias mentiras. Estaba tan cegado en que nunca podría estar enamorado de ella que llegó a lastimarla pero bien.
-Eres un idiota, engreído y anormal-dijo entre dientes.
-¿Algo más?-dijo en una risa floja-. Si vas a escribirme eso, mejor no me envies ninguna postal, ¿de acuerdo? Pásatelo bien-se dio media vuelta sin aires de preocupación, estaba claro que le importaba poco la reacción de ella.
Nunca le había gustado llorar en público, pero se encontraba tan mal que no era capaz de ir corriendo y esconderse para llorar. Apoyándose en la pared, enterró su rostro en sus manos, sollozando; ¿cómo podía estar enamorada de alguien tan cruel? No, jamás lo había creído de ese modo; vale que se hubiera pasado pero, ¿llegar a este ese punto? Era superior a sus fuerzas…
Cogiendo su teléfono móvil marcó el número de Roberto, al segundo toque ya lo había cogido.
-Roberto, necesito que vengas ya a por mí.
-¿Qué? Eva ya voy mañana.
-Pero necesito que vengas ya-gritó-. Por favor-le suplicó.
-¿Qué te ocurre?-se preocupó.
-Te lo contaré si vienes ya.
-De acuerdo-ladeó-. Estaré allí lo más pronto posible.
-Gracias-colgó y acto seguido se secó lás lágrimas respirando hondo.
-¿Te encuentras bien?-Eva miró a su lado derecho de donde provenía la voz. Eva no se lo pensó y después de mirarle unos segundos se abalanzó hacia Frank. Éste puso los ojos en blanco pero supo de enseguida que algo no iba bien con ella y que lo que necesitaba era apoyo, por eso le devolvió el abrazo.
-Gracias-se apartó de él. Frank metió su mano en el bolsillo y sacó un pañuelo para ofrecérselo-. Lo necesitaba.
-¿Me puedes contar qué te pasa?
Eva miró dubitativa el atractivo rostro del profesor.
-Sí, pero aquí no.
-De acuerdo, vayamos a mi despacho-apoyó su mano en su espalda y empezaron a andar.
***
Bill no supo donde ir después de su discusión con Eva; no tenía ganas de calentarse la cabeza, lo que había echo estaba echo por más que se arrepienta, cosa que no la veía del todo cierto. Él dijo esas cosas, ¿por qué echarse atrás ahora? No le veía explicación, por lo tanto no se iría a arrepentir.
Miró su reloj y ya llegaba tarde a su última clase del jueves. Corrió por los pasillos, pero paró en seco en cuanto vio salir al profesor Frank con Eva del despacho de éste. Se escondió para espiarlos; Frank parecía consolarla. “¿Encima?” gritó, incrédulo en su fuero interno. No veía bien que se hiciera la víctima porque lo tenía bastante fácil para decir un NO. Resopló dándose media vuelta y olvidándolo todo, absolutamente todo.
***
-Gracias, profesor-murmuró Eva.
-A ti querida-cogió sus manos-. Verás como todo irá bien-le guiñó un ojo y Eva se fue dedicándole antes una mirada de agradecimiento por haberla escuchado esa hora.
Fue directa a la habitación, había pasado más de una hora desde que llamó a Roberto y no tardaría mucho en aparecer por aquí.
-Claire, menos mal que te piyo…-decía, baja de ánimos al entrar a su habitación.
-¿Lo habéis solucionado tú y Bill?-preguntaba dando vueltas por toda la habitación, buscaba algo.
-Que va-bajó la mirada.
-¿No?-gritó, parándose para observarla-. No te preocupes ya hablo yo con el…-siguió buscando-. Aquí estás-dio un salto cuando encontró su carpeta-. Ahora tengo que irme a clase.
-Me voy a México, Roberto está al llegar-dijo en un hilo de voz.
Claire entre abrió la boca y se sentó, sorprendida y confusa.
-¿No era mañana?
-Cuanto antes mejor-se sentó a su lado.
Claire la miró un segundo, pasó su brazo por encima de sus hombros y la abrazó fuertemente.
-Todo irá bien-le susurró.
Eva iba a decir algo pero la interrumpieron tocando a la puerta.
-Está abierta-gritó Claire.
Esperaron atentas para ver a quien entraba.
-Hola-esbozó una media sonrisa jugando con el picaporte.
-Prepararé mis cosas-dijo a la vez que se levantaba.
Claire miraba a Roberto como se dirigió a ayudar a quien sería su esposa a preparar las maletas para dirigirse a un nuevo futuro.
-¿Vendréis a verme?-se puso en pie, cruzándose de brazos.
Roberto miró a Eva antes de decir nada.
-Sí, claro. ¿Qué iría hacer sin ver a la canija?-bromeó.
-Por supuesto que sí-Eva dio un paso hacia ella-. Que me vaya a…-le costaba decir aquella palabra-… casar no quiere decir que no pueda venir a verte. Y tú tienes que pasar las vacaciones allí-sus ojos se humedecieron y al verla así, corrió a abrazarla.
-Te voy a echar tanto de menos…-la besó en la mejilla.
-Yo también-se separó un poco de ella y secó con su mano las lágrimas que le caían a su mejor amiga.
-Basta, no soporto las despedidas-cogió sus cosas y abrió la puerta-. Deseo que os vaya lo mejor posible-le dedicó una última mirada a su amiga y se marchó.
-¿Me vas a contar por qué nos vamos hoy?-Eva se quitó el rastro de lágrimas girándose para ver a Roberto que pedía una explicación y ella, se la iba a dar como le había dicho.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Traduce la Pagina
TSUPDOAA
Bill Kaulitz es un chico que todo lo tiene, inteligente, atractivo, cariñoso... Junto a su hermano gemelo Tom y sus dos mejores amigos: Georg y Gustav, se van a embarcar en la aventura de pisar por primera vez la universidad donde se volveran locos por las...sí, las chicas.
Pero Bill queda embobado por una rubia pero lo que no sabe el es que tendrá que recurrir a su peor enemiga para poder conquistar su corazón.
La pregunta es, ¿conquistar el corazón de la rubia o el de su peor enemiga? ;D
Da click abajo para leer todos los capítulos ;)
Pero Bill queda embobado por una rubia pero lo que no sabe el es que tendrá que recurrir a su peor enemiga para poder conquistar su corazón.
La pregunta es, ¿conquistar el corazón de la rubia o el de su peor enemiga? ;D
Da click abajo para leer todos los capítulos ;)
No hay comentarios:
Publicar un comentario