BON: te quiero
Dicen que el amor no entiende de razas, distancias, sexo o edad. Pero, ¿realmente la sociedad esta preparada para ello? ¿Cómo alguien no puede aceptar el amor entre dos personas? ¿Por que entierran algo tan bonito en el olvido? ¿Cual seria la unica salida? Un amor destinado a la separacion...
-Gracias Amanda ;)
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Bienvenid@s!
Hola! Antes que nada, gracias por el simple hecho de entrar aquí. Aquí os pondré mis historias, mis pensamientos y siempre van a tener como protagonistas a los chicos de Tokio Hotel, aunque no siempre saldrán como tal.
Espero que os guste y que os divirtáis leyendo y pido una única cosa, en esta actual historia los cuatro chicos no son los protagonistas, es mi primera historia así, y me encantaría que a continuación me contárais que os parece.
Me alegraría muchísimo saber que cada visitante elige su opinión en la encuesta =)
Muchísimas gracias por vuestra atención, y espero, sigáis entrando ;)
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lunes, 22 de marzo de 2010
Capítulo 2.
Ocurrió el día en el que Bill entraba por segundo año al instituto.
Todo era igual que el año anterior, los mismos compañeros, el mismo edificio que le faltaría poco por caerse… Pero, había algo nuevo; mejor dicho, una chica nueva.
A Bill le pareció algo tímida pero la veía simpática además de guapa. Eva se llamaba y venía del mismísimo México.
En las clases no hablaba con nadie y menos en el recreo y Bill tenía curiosidad por saber de aquella chica y un día se acercó.
Le explicó que vinieron de tan lejos por trabajo de su padre y que aún no se había echo con el idioma, le costó explicárselo debido a ello.
A Bill le parecía injusto que estuviera sola ya que todo el mundo merece compañía y por eso, la invitó a que se uniera con sus tres amigos.
Como ella aún no entendía muy bien el idioma, no hablaba casi nada pero, cuando pasó el tiempo lo aprendió muy rápido y eso hizo que se relacionara con más gente. Eso, no le importó para nada a Bill, sabía que la chica tendría que relacionarse con más chicas pero, hay una cosa que a Bill le molesta mucho: que le contradigan.
Cierto día lluvioso en Magdeburgo en el aula 215 el profesor Albert impartía como siempre su clase de matemáticas.
-¿Alguien se ofrece voluntario para resolver esta ecuación?-preguntó mientras estiraba la tiza para que el voluntario la cogiese.
Bill al ver que nadie se ofrecía levantó la mano y esperó la aprobación del profesor. Le gustaba hacer ecuaciones, le distraía y además se le daba bastante bien. Él no quería fardar pero, siempre era el primero de la clase y nunca nadie le había quitado el puesto.
-Ya está-Bill dejó la tiza y miró al profesor para que le felicitara delante de toda la clase.
-Está mal-al escuchar aquella frase se le borró la sonrisa de la cara y desvió la mirada para saber de donde provenía.
-¿En serio lo cree señorita González? Entonces, ¿por qué no sale y le muestra al caballero Kaulitz en qué se ha equivocado?
Eva le hizo caso y cogió la tiza y empezó a borrar números. Bill estaba bien satisfecho, sabía que ella quedaría en ridículo por equivocarse, Bill nunca se equivocaba.
Terminó y Bill revisó la cuenta, soltó un soplido porque cambió un signo que estaba mal… o eso creía.
Bill tragó salvia y volvió a revisar la cuenta y a acordarse de cómo lo había echo él y en efecto, Eva tenía razón.
-Muy bien, pueden sentarse los dos-mandó el profesor.
Eva pasó por su lado y le sonrió, ¿se estaría burlando de él?
Mientras iba a su asiento oyó el típico comentario de “ahora no eres el más listo, ¿eh Bill?” a lo que él ignoró completamente.
Tampoco es que se iría a deprimir, nadie era perfecto y solo iba a ser esa vez que alguien le contradiga. Pero eso, no fue así.
Pasaban los días y cada vez eran más cosas en las que Eva se le adelantaba, ya fuese en matemáticas, lengua, historia… Y eso, le llegó a cansar a Bill además de que él sentía como ella lo llegaba a hacer con maldad y ya lo suyo, se convirtió en rutina.
Hasta el día de hoy lo más bonito que se han dicho ha sido: “vete a donde yo me sé” Y es que, la historia de estos dos chicos es un tanto rara, difícil de explicar ya que ellos, muchas veces se preguntan: “¿por qué todo este enfrentamiento?” Y cuando las cosas se calman, buscan lo mínimo para saltar de nuevo y buscar la discusión, cosa que a los amigos de ambos les cansaba a veces.
Para Tom, Georg y Gustav les parecía que Eva era todo lo contrario que lo que le contaba Bill y eso hizo que hubiese disputas entre ellos mismos, al igual que pasaba con las amigas de Eva. Hacían lo posible para fastidiar al otro.
-No entiendo por qué tiene que venir a la misma universidad que yo, ¿cuántas hay en Berlín? Pues nada, tiene que venir aquí, aquí-repetía Bill histérico mientras se dirigía con su hermano a su primera clase.
-Cálmate-le contestaba Tom pasando un poco de la histeria de Bill-. Has estado casi toda tu vida con ella, podrás soportar unos años más-Tom sonreía a toda chica que pasase por su lado.
-¿Puedes parar de babear y hacer caso a tú hermano que tiene problemas?-lo cogió de los hombros y lo colocó enfrente suya.
-Suéltame-quitó las manos de su hermano-, ya te hemos dicho que cansas con tus discusiones, a nosotros Eva nos cae bien y sí-cortó a su hermano que iba a rechistar-, nos seguirá cayendo bien por muchos insultos que te diga. Que a veces, te lo mereces-le dio la espalda cuando dijo aquello.
-Muchas gracias, tú si que eres un gran apoyo-ironizó.
-No te quejes más viejecita-Tom se paró en seco y le dio una palmada a Bill en el pecho-, y alégrate la vista con ver a tú rubia-señaló para el frente con la misma mano con la que paró a Bill.
Bill le hizo caso y miró para el frente; en esos momentos el tiempo se paró y aquella chica rubia de nombre desconocido caminaba lentamente y dibujaba una pequeña sonrisa en sus labios sujetando sus pesados libros. A Bill se le vinieron tantas cosas a la cabeza para conocer a su amor como, ir ayudarla con los libros, decirle que tiene la sonrisa más bonita del planeta o, podía quitar a Eva de sus brazos y ponerse él en su lugar.
¿Qué? ¡Un momento! ¿¡Eva!?
Bill despertó de su bonito sueño y se incorporó rápidamente para no dar crédito a lo que veían sus ojos.
-Si es que me la encuentro hasta en la sopa-bufaba.
Bill puso mala cara cuando veía que Eva se abrazaba a su amiga y oyó como se decían adiós. La rubia decidió irse por el lado derecho mientras que Eva, para desgracia de Bill, seguía recto para lo que parecía iba donde ellos.
Eva subió la mirada y cuando se lo encontró puso la misma mala cara que él y lo ignoró saludando a su hermano.
-Hola Tom.
-¿Qué hay Eva?-alzó las cejas.
-Hola Tom, ¿qué hay Eva?-Bill empezó a burlarse a lo bajini.
-Tú hermano nació el último ¿verdad?-Tom asintió-. Entonces lo comprendo, se quedó sin oxígeno-Tom echó su cabeza para atrás soltando una gran carcajada, miró a su hermano y en seguida paró al ver la mirada de este.
-¿Tengo que reírme? Si quieres lo hago, ¿qué te parece así? JA JA JA JA.
-Paso de ti-hizo ademán de irse.
-Oye, una pregunta. Algo dijeron que eras lesbiana, ¿la rubia es tú novia? No sé como te he visto abrazándote con ella…sí con ella se llamaba…-frunció el ceño. Eva pilló por donde iba y mientras Tom le echaba una mirada fulminante porque se había pasado tres pueblos, Eva reía.
-¿Te gusta?-paró de reírse.
-Es guapa-se encogió de hombros.
-No eres su tipo-le miró de arriba abajo con cara de asco.
-¿Tú qué sabrás?-se defendió. Eva no le contestó y se marchó entrando a la misma clase en la que estaban destinado Bill y su hermano-. ¿Qué?-abrió mucho los ojos, miró a Tom que éste subió los brazos en señal de que no sabía nada y se fue tras Eva-. ¿A dónde vas? Esta es la clase de periodismo, la clase para las que tienen pocas luces es por el otro camino…
-Pero, ¿de qué vas idiota con patas? Yo voy aquí, y por lo que parece ser voy a tener que soportarte-escupió esto último-. Hubiera preferido mil veces que me tocase con un violador-murmuró.
-¿Qué?-preguntó Bill.
-No, nada. Ignórame, ¿crees qué podrás?-y se marchó dejándole con la palabra en la boca.
-Es que no puedo con ella-dijo entre dientes cerrando su puño fuertemente.
-Esto va a ser divertido-decía su hermano y le daba palmaditas en la espalda. Después le señaló para adentro para que se adentraran a su primera clase en la universidad de Humboldt.
Todo era igual que el año anterior, los mismos compañeros, el mismo edificio que le faltaría poco por caerse… Pero, había algo nuevo; mejor dicho, una chica nueva.
A Bill le pareció algo tímida pero la veía simpática además de guapa. Eva se llamaba y venía del mismísimo México.
En las clases no hablaba con nadie y menos en el recreo y Bill tenía curiosidad por saber de aquella chica y un día se acercó.
Le explicó que vinieron de tan lejos por trabajo de su padre y que aún no se había echo con el idioma, le costó explicárselo debido a ello.
A Bill le parecía injusto que estuviera sola ya que todo el mundo merece compañía y por eso, la invitó a que se uniera con sus tres amigos.
Como ella aún no entendía muy bien el idioma, no hablaba casi nada pero, cuando pasó el tiempo lo aprendió muy rápido y eso hizo que se relacionara con más gente. Eso, no le importó para nada a Bill, sabía que la chica tendría que relacionarse con más chicas pero, hay una cosa que a Bill le molesta mucho: que le contradigan.
Cierto día lluvioso en Magdeburgo en el aula 215 el profesor Albert impartía como siempre su clase de matemáticas.
-¿Alguien se ofrece voluntario para resolver esta ecuación?-preguntó mientras estiraba la tiza para que el voluntario la cogiese.
Bill al ver que nadie se ofrecía levantó la mano y esperó la aprobación del profesor. Le gustaba hacer ecuaciones, le distraía y además se le daba bastante bien. Él no quería fardar pero, siempre era el primero de la clase y nunca nadie le había quitado el puesto.
-Ya está-Bill dejó la tiza y miró al profesor para que le felicitara delante de toda la clase.
-Está mal-al escuchar aquella frase se le borró la sonrisa de la cara y desvió la mirada para saber de donde provenía.
-¿En serio lo cree señorita González? Entonces, ¿por qué no sale y le muestra al caballero Kaulitz en qué se ha equivocado?
Eva le hizo caso y cogió la tiza y empezó a borrar números. Bill estaba bien satisfecho, sabía que ella quedaría en ridículo por equivocarse, Bill nunca se equivocaba.
Terminó y Bill revisó la cuenta, soltó un soplido porque cambió un signo que estaba mal… o eso creía.
Bill tragó salvia y volvió a revisar la cuenta y a acordarse de cómo lo había echo él y en efecto, Eva tenía razón.
-Muy bien, pueden sentarse los dos-mandó el profesor.
Eva pasó por su lado y le sonrió, ¿se estaría burlando de él?
Mientras iba a su asiento oyó el típico comentario de “ahora no eres el más listo, ¿eh Bill?” a lo que él ignoró completamente.
Tampoco es que se iría a deprimir, nadie era perfecto y solo iba a ser esa vez que alguien le contradiga. Pero eso, no fue así.
Pasaban los días y cada vez eran más cosas en las que Eva se le adelantaba, ya fuese en matemáticas, lengua, historia… Y eso, le llegó a cansar a Bill además de que él sentía como ella lo llegaba a hacer con maldad y ya lo suyo, se convirtió en rutina.
Hasta el día de hoy lo más bonito que se han dicho ha sido: “vete a donde yo me sé” Y es que, la historia de estos dos chicos es un tanto rara, difícil de explicar ya que ellos, muchas veces se preguntan: “¿por qué todo este enfrentamiento?” Y cuando las cosas se calman, buscan lo mínimo para saltar de nuevo y buscar la discusión, cosa que a los amigos de ambos les cansaba a veces.
Para Tom, Georg y Gustav les parecía que Eva era todo lo contrario que lo que le contaba Bill y eso hizo que hubiese disputas entre ellos mismos, al igual que pasaba con las amigas de Eva. Hacían lo posible para fastidiar al otro.
-No entiendo por qué tiene que venir a la misma universidad que yo, ¿cuántas hay en Berlín? Pues nada, tiene que venir aquí, aquí-repetía Bill histérico mientras se dirigía con su hermano a su primera clase.
-Cálmate-le contestaba Tom pasando un poco de la histeria de Bill-. Has estado casi toda tu vida con ella, podrás soportar unos años más-Tom sonreía a toda chica que pasase por su lado.
-¿Puedes parar de babear y hacer caso a tú hermano que tiene problemas?-lo cogió de los hombros y lo colocó enfrente suya.
-Suéltame-quitó las manos de su hermano-, ya te hemos dicho que cansas con tus discusiones, a nosotros Eva nos cae bien y sí-cortó a su hermano que iba a rechistar-, nos seguirá cayendo bien por muchos insultos que te diga. Que a veces, te lo mereces-le dio la espalda cuando dijo aquello.
-Muchas gracias, tú si que eres un gran apoyo-ironizó.
-No te quejes más viejecita-Tom se paró en seco y le dio una palmada a Bill en el pecho-, y alégrate la vista con ver a tú rubia-señaló para el frente con la misma mano con la que paró a Bill.
Bill le hizo caso y miró para el frente; en esos momentos el tiempo se paró y aquella chica rubia de nombre desconocido caminaba lentamente y dibujaba una pequeña sonrisa en sus labios sujetando sus pesados libros. A Bill se le vinieron tantas cosas a la cabeza para conocer a su amor como, ir ayudarla con los libros, decirle que tiene la sonrisa más bonita del planeta o, podía quitar a Eva de sus brazos y ponerse él en su lugar.
¿Qué? ¡Un momento! ¿¡Eva!?
Bill despertó de su bonito sueño y se incorporó rápidamente para no dar crédito a lo que veían sus ojos.
-Si es que me la encuentro hasta en la sopa-bufaba.
Bill puso mala cara cuando veía que Eva se abrazaba a su amiga y oyó como se decían adiós. La rubia decidió irse por el lado derecho mientras que Eva, para desgracia de Bill, seguía recto para lo que parecía iba donde ellos.
Eva subió la mirada y cuando se lo encontró puso la misma mala cara que él y lo ignoró saludando a su hermano.
-Hola Tom.
-¿Qué hay Eva?-alzó las cejas.
-Hola Tom, ¿qué hay Eva?-Bill empezó a burlarse a lo bajini.
-Tú hermano nació el último ¿verdad?-Tom asintió-. Entonces lo comprendo, se quedó sin oxígeno-Tom echó su cabeza para atrás soltando una gran carcajada, miró a su hermano y en seguida paró al ver la mirada de este.
-¿Tengo que reírme? Si quieres lo hago, ¿qué te parece así? JA JA JA JA.
-Paso de ti-hizo ademán de irse.
-Oye, una pregunta. Algo dijeron que eras lesbiana, ¿la rubia es tú novia? No sé como te he visto abrazándote con ella…sí con ella se llamaba…-frunció el ceño. Eva pilló por donde iba y mientras Tom le echaba una mirada fulminante porque se había pasado tres pueblos, Eva reía.
-¿Te gusta?-paró de reírse.
-Es guapa-se encogió de hombros.
-No eres su tipo-le miró de arriba abajo con cara de asco.
-¿Tú qué sabrás?-se defendió. Eva no le contestó y se marchó entrando a la misma clase en la que estaban destinado Bill y su hermano-. ¿Qué?-abrió mucho los ojos, miró a Tom que éste subió los brazos en señal de que no sabía nada y se fue tras Eva-. ¿A dónde vas? Esta es la clase de periodismo, la clase para las que tienen pocas luces es por el otro camino…
-Pero, ¿de qué vas idiota con patas? Yo voy aquí, y por lo que parece ser voy a tener que soportarte-escupió esto último-. Hubiera preferido mil veces que me tocase con un violador-murmuró.
-¿Qué?-preguntó Bill.
-No, nada. Ignórame, ¿crees qué podrás?-y se marchó dejándole con la palabra en la boca.
-Es que no puedo con ella-dijo entre dientes cerrando su puño fuertemente.
-Esto va a ser divertido-decía su hermano y le daba palmaditas en la espalda. Después le señaló para adentro para que se adentraran a su primera clase en la universidad de Humboldt.
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TSUPDOAA
Bill Kaulitz es un chico que todo lo tiene, inteligente, atractivo, cariñoso... Junto a su hermano gemelo Tom y sus dos mejores amigos: Georg y Gustav, se van a embarcar en la aventura de pisar por primera vez la universidad donde se volveran locos por las...sí, las chicas.
Pero Bill queda embobado por una rubia pero lo que no sabe el es que tendrá que recurrir a su peor enemiga para poder conquistar su corazón.
La pregunta es, ¿conquistar el corazón de la rubia o el de su peor enemiga? ;D
Da click abajo para leer todos los capítulos ;)
Pero Bill queda embobado por una rubia pero lo que no sabe el es que tendrá que recurrir a su peor enemiga para poder conquistar su corazón.
La pregunta es, ¿conquistar el corazón de la rubia o el de su peor enemiga? ;D
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