BON: te quiero
Dicen que el amor no entiende de razas, distancias, sexo o edad. Pero, ¿realmente la sociedad esta preparada para ello? ¿Cómo alguien no puede aceptar el amor entre dos personas? ¿Por que entierran algo tan bonito en el olvido? ¿Cual seria la unica salida? Un amor destinado a la separacion...
-Gracias Amanda ;)
-Gracias Amanda ;)
Bienvenid@s!
Hola! Antes que nada, gracias por el simple hecho de entrar aquí. Aquí os pondré mis historias, mis pensamientos y siempre van a tener como protagonistas a los chicos de Tokio Hotel, aunque no siempre saldrán como tal.
Espero que os guste y que os divirtáis leyendo y pido una única cosa, en esta actual historia los cuatro chicos no son los protagonistas, es mi primera historia así, y me encantaría que a continuación me contárais que os parece.
Me alegraría muchísimo saber que cada visitante elige su opinión en la encuesta =)
Muchísimas gracias por vuestra atención, y espero, sigáis entrando ;)
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viernes, 26 de marzo de 2010
Capítulo 16.
A la mañana siguiente, Claire dejó a su amiga más tranquila entrenando con su equipo de volleyball. La compadecía... La llegada de Roberto iba a cambiar la vida de su mejor amiga por completo...
Por eso, pensó una manera de que se alegrara; salir de fiesta sería la mejor solución, ¿verdad? Donde se ponga un buen baile y unas buenas risas...
Estaba caminando por el pasillo, pensando en que hacer ya que el profesor de diseño estaba enfermo, cuando la llamaron por detrás.
-¡Claire!-se dio la vuelta y al ver a Sylvia, su compañera de mesa se alegró-. ¿A dónde vas?
-No sé lo que hacer querida-se encogía de hombros sin apartar su bella sonrisa de la cara.
-¿Te has enterado de la fiesta?
-¿Qué fiesta?-frunció el ceño. Sylvia sonrió por tener que darle ella la gran noticia.
-Los de la facultad de ingeniería van a celebrar no se qué e irá, ¡todo el mundo!-Claire se asustó al alzar su amiga la voz.
-¿No te sabes si quiera qué celebran?-preguntó riéndose.
-La verdad es que no-se encogió de hombros-, creo que algo de un hombre que hizo no se qué. Bah, el caso es que va a ver de todo, y cuando digo todo es todo-Sylvia sonreía divertida.
Estaba claro que era cosa del destino, cuando Claire estaba pensando en llevar a su amiga a una buena fiesta viene Sylvia como caída del cielo y le propone una que parece ser, merece la pena ir.
-De acuerdo-afirmó con la cabeza-, iré a compañada de dos chicos y mi amiga Eva.
-¿Dos chicos?-alzó los ojos-. Me gustaría saber quienes son...
-Ya los sabrás mañana-rieron y Claire le dio la espalda para ir a buscar al chico que le acompañaría a ella y al otro, que acompañaría a Eva.
“¿Dónde podría estar Bill?” pensaba mientras se acordaba del número de su habitación.
***
-¿Habéis oído lo de la fiesta?-Georg y Gustav entraban emocionados a la habitación de los gemelos.
Tom estaba recostado en su cama tomando apuntes mientras que Bill veía la pantalla del ordenador.
-¿Qué fiesta?-preguntaron al unísono sin darle la mayor importancia.
-¡La mayor fiesta de la existencia!-Georg alzó los brazos.
-¿No habéis oído hablar de la fiesta de los de la facultad de ingeniería? Siempre hacen estas fiestas en estas fechas ya que, conmemoran a un hombre de... Bah, ¡son famosas!-Gustav no entraba en sí de lo excitado que estaba.
-Ah ya, la fiesta esa en la que al día siguiente nadie recuerda nada y siente unas agujetas enormes por bailar tanto-explicó Tom y su hermano le prestó atención.
-Yo no tengo ánimos de ir-decía Bill apoyándo su cabeza en su mano y viendo la pantalla del ordenador.
-¡No seas idiota!-protestaron-. Allí van a ver miles de chicas, te podrás olvidar de ella-Gustav se colocó a su lado.
-Me da igual, no tengo ganas de ir y esta es mi última palabra.
-Aguafiestas-replicaron-. Pues yo si pienso ir-decía Tom chocándole la mano a cada uno y a su hermano le dio en toda la cabeza y ni protestó.
-Nos lo pasaremos genial-Gustav se comportaba igualito que un niño pequeño cuando le decían que iba a ir al parque de atracciones. Sin embargo, el parque de atracciones para ellos sería: alcohol, baile y lo mejor... CHICAS.
Sus tres amigos intercambiaron miradas y después rieron.
La verdad es que a Bill la idea de fiesta ahora tan reciente desde que Claire le dijo que no, era la última cosa que pensaba hacer.
Imaginaros que la chica de vuestros sueños, o chico, os dijera que no tendríais posibilidades con ella/el; o peor, que ni siquiera te diga nada, solamente un silencio porque no se atreve a decírtelo debido a qué, ¿a vergüenza?
Estaba tan ensimismado en sus pensamientos que no se dio cuenta que habían tocado la puerta.
-Bill, te buscan-decía Georg sonriéndole.
No sabía quien podía ser, miró a los demás y se encogieron de hombros salvo su hermano que empezó a hacer sus cosas.
Se levantó lentamente y se puso al lado de su amigo para mirar quien estaba fuera.
-¿Qué haces aquí?-abrió mucho los ojos.
-¿Podemos hablar?
A Bill le dio un vuelco el corazón, miró a sus amigos y estos le asintieron y cerró la puerta tras de sí.
Bill dio unos pasos hasta quedarse apoyado en la ventana, mirándola. “Cómo podía ser tan guapa” pensó. Pero, también se dijo que no tenía que ver como de dolido estaba.
-¿Has venido a decirme qué no con tús palabras?-sonó grosero.
-Lo siento Bill-dio un paso hacia él-. Lo que pasa es que no te dije nada porque no sé lo que me pasó, me pillaste muy...de repente-se encogió de hombros. Bill la miró para que continuara-. Yo te quería decir que-sonrió y sus mejillas se encendieron-, se lo que has estado haciendo con Eva.
Bill se puso tenso, y se avergonzó.
-¿A..sí?
-Sí, y supongo que no te has leído el libro de Dorian Gray.
Bill se sintió enormemente avergonzado, pensaba que ella se estaba burlando de él.
-Vale-agachó la cabeza-, has venido a burlarte, muy bonito por tú parte-dijo aún sin poder mirarle a la cara.
-Que no hombre-le cogió de la mano y Bill sintió un cosquilleo. Levantó la cabeza para encontrarse con la mirada de aquella chica tan perfecta que tenía frente suya-. Nunca nadie se había tomado tantas molestias en mí.
Bill sonrió, orgulloso porque parece ser que había valido la pena.
-Entonces, quieres decir que-se arriesgó a decir-, ¿te gusto?-ella asintió-, ¿más qué al otro?-ella se quedó como pensando y después asintió y lo miró coqueta tocándose el pelo con su mano suelta.
Bill miró su mano entrelazada con la de ella y su corazón palpitaba aún más rápido, sentía que la temperatura había subido.
-¿Sabes de la fiesta de mañana?
-Sí-dijo rápidamente asintiendo con la cabeza-, les he estado hablando de ello a mis amigos. Pensábamos ir-dijo ya que veía en el rostro de ella las intenciones que tenía de ir.
-Estupendo-sonrió-, te iba a invitar-murmuró-. Había pensado que antes... podríamos ir a cenar.
-¿A cenar? Claro que sí-dijo automáticamente.
-Me alegro-rieron nerviosos-. Otra cosa que quería comentarte, ¿crees que podrás convencer a Eva y a tú hermano para que vengan con nosotros?
-¿Por qué?-enarcó una ceja.
-La verdad es que Eva necesita últimamente compañía-su tono de voz dismunuyó y Bill se preguntó el que-, y he pensado que podía venir tú hermano a acompañarla porque, no conozco a nadie más que sea mejor-volvió a sonreír.
-De acuendo-afirmó con la cabeza.
-Entonces, ¿mañana a las 9 en mi habitación?-Bill asintió.
Claire le soltó de la mano, se acercó a él y le dio un beso en la comisura de los labios. Después se dio media vuelta y despidió a Bill con la mano.
Bill se quedó ahí parado tocándose la parte que le había besado Claire, aún no se lo creía.
-¡Me ha besado aquí!-entró dando voces de alegría y sin dejar de señalarse la cara-. ¡Quiere que la lleve a la fiesta de mañana!
Tom que estaba bebiendo de su coca cola lo escupió todo cuando dijo eso Bill, todos se le quedaron mirando mientras él intentaba limpiarse.
-Me alegro-dijo con una sonrisa forzada-. Ahora si que iremos todos a la fiesta.
-¡Si!-los otros dos le apoyaron.
-¡Es genial!-volvió a su emoción y se acordó de que necesitaba la ayuda de su hermano para que saliera bien la noche-. Tom-se acercó a él que aún seguía limpiándose-, necesito de tú ayuda. Tienes que venir conmigo porque será una cita doble.
-¿¡Qué!?-dijeron todos.
-Sí, no te voy a suplicar vendrás sí o sí.
-A ti se te va la olla, no pienso ir con vosotros.
-¿Por qué no le has hablado de mi?-Gustav se colocó al lado de Bill-. Yo podría acompañar a Eva sin ningún problema. ¿O es qué le gusta Tom?
Todos estaban atentos a la respuesta de Bill.
-No sé porque quiere que vengas tú precisamente-sacudió la cabeza-. Entonces, ¿no vienes?-Tom negó con la cabeza-. De acuerdo, ya me las arreglaré para que vaya bien la cita-y dicho eso se dio la vuelta con la cabeza bien alta, no estaba dispuesto a rebajarse para que Tom le ayudara, sabía perfectamente que su cita gracias a él mismo saldría perfecto-. ¡Tom por favor!-se arrodilló ante él juntando las manos-, te lo suplico. Solo necesito que estés en la cena con Eva después te pierdes en la cena. Por favor.
Tom le miró con los ojos en blanco al igual que sus amigos que se estaban riendo de lo duro que había demostrado ser hacía unos segundos.
“Sí voy me restregará que está con mi hermano, aunque ninguno de los dos sepa que me gusta Claire… y por desgracia no se me va de la cabeza” pensó sin dejar de mirar a su hermano dubitativo.
-Además, me dijiste que Eva te gustaba.
-¿Cómo?-preguntaron al unísono bien sorprendidos-. ¿No nos has dicho nada?
Tom los miró nervioso, y después miró a su hermano para darle las gracias por decirlo. Era una mentira y ahora esa mentira mira por donde le ha salido…
-¡Está bien!-optó por desviar el tema y salir lo más pronto de allí-. Iré contigo, ahora…-se levantó con la cabeza gacha-… tengo que recuperar mi hombría-murmuró y se fue.
-No sabía yo eso de tú hermano, pensando que eras tú y mira-no lo evitaron y se pusieron a reír.
“Bien, uno menos” pensó Bill sonríendo para sí.
-Voy hablar con Eva-dijo abriendo la puerta y cerrando la puerta tras de sí.
-¿Y nos dejan aquí?-a Georg se le abrió la boca automáticamente y Gustav se encogió de hombros y aprovechó la situación llevándose todo lo que tenían en su mininevera.
***
Bill no la encontró por ningún lado y recordó que ella jugaba al volley y fue rápidamente al gimnasio. En efecto, ella se encontraba en la primera fila del campo derecho, entregada al juego.
-¡Eva!-empezó a gritar, no le oyó y se acercó más-. ¡Eva, Claire me ha pedido que cenemos juntos mañana!
Eso le piyó de sorpresa y miró a donde provenía la voz dejando el juego.
-¿Qué?-Bill se encontraba en las gradas. Pero fue cuestión de segundos el verle, pronto sintió algo muy fuerte en la cabeza y cayó al suelo. Le habían dado con toda la pelota.
-¡Eva!-Bill saltó la valla y fue hacía ella.
-¿Qué…?-entre abría los ojos y vio a todo su equipo alredeedor de ella. Se echó mano a la cabeza, justo donde le dolía.
-Eva-Bill apartó a aquellas chicas y se puso de rodillas frente a ella-. ¿Estás bien?
-Creo que sí.
-Eva, ¿sabías que hay algo llamado reflejos? Haber tenido más cuidado.
-¿Qué dices?-preguntó incrédula. Se levantó rápidamente a pesar del malestar de su cabeza-. ¿Dónde está la pelota?-masculló mirando por todos lados hasta que la vio, la cogió y fue directa a Bill que la pudo esquivar.
-¿Ves? Esto se llama reflejos-Bill no podía parar de reírse al ver que estaba dispuesta a tirarse encima de él si no hubiera sido porque las chicas la cogieron a tiempo.
-¿A qué has venido?-casi gritó, tranquilizádose.
-Necesito pedirte un favor, muy, muy pero que muy grande-Bill esbozó la mejor de sus sonrisas.
Eva enarcó una ceja, ya sabía ella que esto no tenía muy buena pinta.
Por eso, pensó una manera de que se alegrara; salir de fiesta sería la mejor solución, ¿verdad? Donde se ponga un buen baile y unas buenas risas...
Estaba caminando por el pasillo, pensando en que hacer ya que el profesor de diseño estaba enfermo, cuando la llamaron por detrás.
-¡Claire!-se dio la vuelta y al ver a Sylvia, su compañera de mesa se alegró-. ¿A dónde vas?
-No sé lo que hacer querida-se encogía de hombros sin apartar su bella sonrisa de la cara.
-¿Te has enterado de la fiesta?
-¿Qué fiesta?-frunció el ceño. Sylvia sonrió por tener que darle ella la gran noticia.
-Los de la facultad de ingeniería van a celebrar no se qué e irá, ¡todo el mundo!-Claire se asustó al alzar su amiga la voz.
-¿No te sabes si quiera qué celebran?-preguntó riéndose.
-La verdad es que no-se encogió de hombros-, creo que algo de un hombre que hizo no se qué. Bah, el caso es que va a ver de todo, y cuando digo todo es todo-Sylvia sonreía divertida.
Estaba claro que era cosa del destino, cuando Claire estaba pensando en llevar a su amiga a una buena fiesta viene Sylvia como caída del cielo y le propone una que parece ser, merece la pena ir.
-De acuerdo-afirmó con la cabeza-, iré a compañada de dos chicos y mi amiga Eva.
-¿Dos chicos?-alzó los ojos-. Me gustaría saber quienes son...
-Ya los sabrás mañana-rieron y Claire le dio la espalda para ir a buscar al chico que le acompañaría a ella y al otro, que acompañaría a Eva.
“¿Dónde podría estar Bill?” pensaba mientras se acordaba del número de su habitación.
***
-¿Habéis oído lo de la fiesta?-Georg y Gustav entraban emocionados a la habitación de los gemelos.
Tom estaba recostado en su cama tomando apuntes mientras que Bill veía la pantalla del ordenador.
-¿Qué fiesta?-preguntaron al unísono sin darle la mayor importancia.
-¡La mayor fiesta de la existencia!-Georg alzó los brazos.
-¿No habéis oído hablar de la fiesta de los de la facultad de ingeniería? Siempre hacen estas fiestas en estas fechas ya que, conmemoran a un hombre de... Bah, ¡son famosas!-Gustav no entraba en sí de lo excitado que estaba.
-Ah ya, la fiesta esa en la que al día siguiente nadie recuerda nada y siente unas agujetas enormes por bailar tanto-explicó Tom y su hermano le prestó atención.
-Yo no tengo ánimos de ir-decía Bill apoyándo su cabeza en su mano y viendo la pantalla del ordenador.
-¡No seas idiota!-protestaron-. Allí van a ver miles de chicas, te podrás olvidar de ella-Gustav se colocó a su lado.
-Me da igual, no tengo ganas de ir y esta es mi última palabra.
-Aguafiestas-replicaron-. Pues yo si pienso ir-decía Tom chocándole la mano a cada uno y a su hermano le dio en toda la cabeza y ni protestó.
-Nos lo pasaremos genial-Gustav se comportaba igualito que un niño pequeño cuando le decían que iba a ir al parque de atracciones. Sin embargo, el parque de atracciones para ellos sería: alcohol, baile y lo mejor... CHICAS.
Sus tres amigos intercambiaron miradas y después rieron.
La verdad es que a Bill la idea de fiesta ahora tan reciente desde que Claire le dijo que no, era la última cosa que pensaba hacer.
Imaginaros que la chica de vuestros sueños, o chico, os dijera que no tendríais posibilidades con ella/el; o peor, que ni siquiera te diga nada, solamente un silencio porque no se atreve a decírtelo debido a qué, ¿a vergüenza?
Estaba tan ensimismado en sus pensamientos que no se dio cuenta que habían tocado la puerta.
-Bill, te buscan-decía Georg sonriéndole.
No sabía quien podía ser, miró a los demás y se encogieron de hombros salvo su hermano que empezó a hacer sus cosas.
Se levantó lentamente y se puso al lado de su amigo para mirar quien estaba fuera.
-¿Qué haces aquí?-abrió mucho los ojos.
-¿Podemos hablar?
A Bill le dio un vuelco el corazón, miró a sus amigos y estos le asintieron y cerró la puerta tras de sí.
Bill dio unos pasos hasta quedarse apoyado en la ventana, mirándola. “Cómo podía ser tan guapa” pensó. Pero, también se dijo que no tenía que ver como de dolido estaba.
-¿Has venido a decirme qué no con tús palabras?-sonó grosero.
-Lo siento Bill-dio un paso hacia él-. Lo que pasa es que no te dije nada porque no sé lo que me pasó, me pillaste muy...de repente-se encogió de hombros. Bill la miró para que continuara-. Yo te quería decir que-sonrió y sus mejillas se encendieron-, se lo que has estado haciendo con Eva.
Bill se puso tenso, y se avergonzó.
-¿A..sí?
-Sí, y supongo que no te has leído el libro de Dorian Gray.
Bill se sintió enormemente avergonzado, pensaba que ella se estaba burlando de él.
-Vale-agachó la cabeza-, has venido a burlarte, muy bonito por tú parte-dijo aún sin poder mirarle a la cara.
-Que no hombre-le cogió de la mano y Bill sintió un cosquilleo. Levantó la cabeza para encontrarse con la mirada de aquella chica tan perfecta que tenía frente suya-. Nunca nadie se había tomado tantas molestias en mí.
Bill sonrió, orgulloso porque parece ser que había valido la pena.
-Entonces, quieres decir que-se arriesgó a decir-, ¿te gusto?-ella asintió-, ¿más qué al otro?-ella se quedó como pensando y después asintió y lo miró coqueta tocándose el pelo con su mano suelta.
Bill miró su mano entrelazada con la de ella y su corazón palpitaba aún más rápido, sentía que la temperatura había subido.
-¿Sabes de la fiesta de mañana?
-Sí-dijo rápidamente asintiendo con la cabeza-, les he estado hablando de ello a mis amigos. Pensábamos ir-dijo ya que veía en el rostro de ella las intenciones que tenía de ir.
-Estupendo-sonrió-, te iba a invitar-murmuró-. Había pensado que antes... podríamos ir a cenar.
-¿A cenar? Claro que sí-dijo automáticamente.
-Me alegro-rieron nerviosos-. Otra cosa que quería comentarte, ¿crees que podrás convencer a Eva y a tú hermano para que vengan con nosotros?
-¿Por qué?-enarcó una ceja.
-La verdad es que Eva necesita últimamente compañía-su tono de voz dismunuyó y Bill se preguntó el que-, y he pensado que podía venir tú hermano a acompañarla porque, no conozco a nadie más que sea mejor-volvió a sonreír.
-De acuendo-afirmó con la cabeza.
-Entonces, ¿mañana a las 9 en mi habitación?-Bill asintió.
Claire le soltó de la mano, se acercó a él y le dio un beso en la comisura de los labios. Después se dio media vuelta y despidió a Bill con la mano.
Bill se quedó ahí parado tocándose la parte que le había besado Claire, aún no se lo creía.
-¡Me ha besado aquí!-entró dando voces de alegría y sin dejar de señalarse la cara-. ¡Quiere que la lleve a la fiesta de mañana!
Tom que estaba bebiendo de su coca cola lo escupió todo cuando dijo eso Bill, todos se le quedaron mirando mientras él intentaba limpiarse.
-Me alegro-dijo con una sonrisa forzada-. Ahora si que iremos todos a la fiesta.
-¡Si!-los otros dos le apoyaron.
-¡Es genial!-volvió a su emoción y se acordó de que necesitaba la ayuda de su hermano para que saliera bien la noche-. Tom-se acercó a él que aún seguía limpiándose-, necesito de tú ayuda. Tienes que venir conmigo porque será una cita doble.
-¿¡Qué!?-dijeron todos.
-Sí, no te voy a suplicar vendrás sí o sí.
-A ti se te va la olla, no pienso ir con vosotros.
-¿Por qué no le has hablado de mi?-Gustav se colocó al lado de Bill-. Yo podría acompañar a Eva sin ningún problema. ¿O es qué le gusta Tom?
Todos estaban atentos a la respuesta de Bill.
-No sé porque quiere que vengas tú precisamente-sacudió la cabeza-. Entonces, ¿no vienes?-Tom negó con la cabeza-. De acuerdo, ya me las arreglaré para que vaya bien la cita-y dicho eso se dio la vuelta con la cabeza bien alta, no estaba dispuesto a rebajarse para que Tom le ayudara, sabía perfectamente que su cita gracias a él mismo saldría perfecto-. ¡Tom por favor!-se arrodilló ante él juntando las manos-, te lo suplico. Solo necesito que estés en la cena con Eva después te pierdes en la cena. Por favor.
Tom le miró con los ojos en blanco al igual que sus amigos que se estaban riendo de lo duro que había demostrado ser hacía unos segundos.
“Sí voy me restregará que está con mi hermano, aunque ninguno de los dos sepa que me gusta Claire… y por desgracia no se me va de la cabeza” pensó sin dejar de mirar a su hermano dubitativo.
-Además, me dijiste que Eva te gustaba.
-¿Cómo?-preguntaron al unísono bien sorprendidos-. ¿No nos has dicho nada?
Tom los miró nervioso, y después miró a su hermano para darle las gracias por decirlo. Era una mentira y ahora esa mentira mira por donde le ha salido…
-¡Está bien!-optó por desviar el tema y salir lo más pronto de allí-. Iré contigo, ahora…-se levantó con la cabeza gacha-… tengo que recuperar mi hombría-murmuró y se fue.
-No sabía yo eso de tú hermano, pensando que eras tú y mira-no lo evitaron y se pusieron a reír.
“Bien, uno menos” pensó Bill sonríendo para sí.
-Voy hablar con Eva-dijo abriendo la puerta y cerrando la puerta tras de sí.
-¿Y nos dejan aquí?-a Georg se le abrió la boca automáticamente y Gustav se encogió de hombros y aprovechó la situación llevándose todo lo que tenían en su mininevera.
***
Bill no la encontró por ningún lado y recordó que ella jugaba al volley y fue rápidamente al gimnasio. En efecto, ella se encontraba en la primera fila del campo derecho, entregada al juego.
-¡Eva!-empezó a gritar, no le oyó y se acercó más-. ¡Eva, Claire me ha pedido que cenemos juntos mañana!
Eso le piyó de sorpresa y miró a donde provenía la voz dejando el juego.
-¿Qué?-Bill se encontraba en las gradas. Pero fue cuestión de segundos el verle, pronto sintió algo muy fuerte en la cabeza y cayó al suelo. Le habían dado con toda la pelota.
-¡Eva!-Bill saltó la valla y fue hacía ella.
-¿Qué…?-entre abría los ojos y vio a todo su equipo alredeedor de ella. Se echó mano a la cabeza, justo donde le dolía.
-Eva-Bill apartó a aquellas chicas y se puso de rodillas frente a ella-. ¿Estás bien?
-Creo que sí.
-Eva, ¿sabías que hay algo llamado reflejos? Haber tenido más cuidado.
-¿Qué dices?-preguntó incrédula. Se levantó rápidamente a pesar del malestar de su cabeza-. ¿Dónde está la pelota?-masculló mirando por todos lados hasta que la vio, la cogió y fue directa a Bill que la pudo esquivar.
-¿Ves? Esto se llama reflejos-Bill no podía parar de reírse al ver que estaba dispuesta a tirarse encima de él si no hubiera sido porque las chicas la cogieron a tiempo.
-¿A qué has venido?-casi gritó, tranquilizádose.
-Necesito pedirte un favor, muy, muy pero que muy grande-Bill esbozó la mejor de sus sonrisas.
Eva enarcó una ceja, ya sabía ella que esto no tenía muy buena pinta.
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TSUPDOAA
Bill Kaulitz es un chico que todo lo tiene, inteligente, atractivo, cariñoso... Junto a su hermano gemelo Tom y sus dos mejores amigos: Georg y Gustav, se van a embarcar en la aventura de pisar por primera vez la universidad donde se volveran locos por las...sí, las chicas.
Pero Bill queda embobado por una rubia pero lo que no sabe el es que tendrá que recurrir a su peor enemiga para poder conquistar su corazón.
La pregunta es, ¿conquistar el corazón de la rubia o el de su peor enemiga? ;D
Da click abajo para leer todos los capítulos ;)
Pero Bill queda embobado por una rubia pero lo que no sabe el es que tendrá que recurrir a su peor enemiga para poder conquistar su corazón.
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