Capítulo 15.

-¡Es un suicidio!-Bill se ponía manos a la cabeza.

-No exageres, vamos, entra-abrió la puerta y Bill seguía con las manos en la cabeza.

-Ustedes dos, que sorpresa verles. ¿Se han perdido por el camino y por eso han faltado a clase?

Los dos no rieron ante ese comentario y se dirigieron a su mesa.

-Profesor Arnold, hemos estado hablando con una alumna-comenzó a decir ella-, y nos ha negado algún acoso. Pero, yo le creo a usted y por eso, Bill y yo tenemos un plan.

“Tienes tú” pensó él.

-Eva, me encanta su entusiasmo. Así va por un buen camino-Bill carraspeó, molesto. El hombre se dirigió hacia aquel incómodo ruido-. Y usted también.

-Gracias-gesticuló demasiado al decir aquello.

Por suerte, aquella clase había terminado. Salieron al pasillo mientras Bill esperaba a que saliera su hermano.

-Mañana hacemos eso, ¿de acuerdo? Prepara la cámara.

-Si no hay más remedio...-murmuró para cuando Eva se había dado media vuelta.

-¿Qué tal os ha ido?-Tom se echó encima de su hermano pequeño.

-Lo del profesor, genial.

-Entonces, ¿por qué tienes ese careto?

-Claire me ha dicho que no quiere nada conmigo.

-¿Cómo dices?-se quitó rápidamente de encima de él, sorprendido.

-Sí, la he pillado con otro muy a gusto. Le he confesado todo lo que siento por ella y, se ha quedado callada.

-Lo siento mucho, en serio Bill. Pero, hay más chicas-intentó animarle. Eso es lo que le animaba a él cuando supo desde un principio que Claire no iba a ser para él, tampoco.

Tom sacudió la cabeza para que esos pensmientos desaparecieran y posó su brazos en los hombros de su hermano pequeño para que recibiera ánimos.

Decidieron ir a ver sus otros dos amigos, así no pensaría más en ella.

-Venga tío, no estés así. Hay muchas más-le dijeron lo mismo que su hermano y Bill hizo una mueca y, acto seguido se llevó su coca cola a la boca.

-Gracias...-dijo en un hilo de voz.

Ahora Bill se encontraba peor, sin ganas de nada.

-Será mejor que cambiemos de tema-sugirió Gustav apoyándose en su escritorio frente a sus amigos-. ¿Dónde te quedaste dormido ayer por la tarde?

-Eso-continuó Georg, intrigado-. Te buscamos por todas partes y nadie sabía de ti. Temimos porque te hubieras quedado encerrado de nuevo-rieron.

-Me quedé con Eva, estaba muy mal y encima estaba sola y no la podía dejar así-explicó con la mirada perdida.

Solo se escuchaba respiraciones, ninguno de los presentes dijo nada y Bill levantó la mirada y se encontró con que sus amigos se echaban miradas y aguantaban una pequeña sonrisa.

-¿Qué os pica ahora?-enarcó una ceja.

-De verdad, no se vosotros pero yo aún no me creo que esté así de bien con Eva-los demás apoyaron a Georg-. Es que... no se-se encogió de hombros-. Lo veía imposible, ahora sí que creo que puede cambiar el cambio climático.

Bill sonrió.

-La verdad es que yo también me digo muchas veces eso. Porque os lo juro-Bill se llevó una mano al pecho-, la odiaba con todo mi ser. No deseaba otra cosa que desapareciera de la faz de la Tierra pero es que, ahora me doy cuenta que era pura rabia que me cegaba-comenzó a pensar en voz alta y sus amigos le prestaban atención-. Es una muy buena chica, lo es-y se llevó nuevamente su coca cola a los labios.

-¿Te das cuenta de cómo hablas de ella?

-¡Siempre tienes que decir tú algo!-se quejó.

-Es que nos quita la palabra pero Georg tiene razón-dijo Tom y Gustav asintió.

-¡Eva no me gusta ni me gustará en la vida! ¿Está claro!-los tres asintieron como con miedo-. Además que estoy mal porque me ha dicho Claire que no le gusto y ahora es que me gusta Eva.

Bill se puso en pie, enfadado y los demás pensaron que en un momento podría pegarles una paliza.

Después de eso, abrió la puerta y se fue cerrándola trás de él.

-Está coladito-dijo por último Georg y los demás rieron.

***

Bill no soportaba que ya decidieran por él, el sabía perfectamente quien le gustaba y era Claire cuya chica le acababa de romper el corazón. Si de Eva se tratase a quien su corazón perteneciese ahora mismo no estaría tan dolido.

Bill se paró frente a una ventana, suspiró.

“No pienso calentarme más la cabeza, Eva es ahora mi amiga. Por mucho que nos llevemos bien, siempre quedará el recuerdo y si una vez la odié con todo mi corazón por algo habrá sido” pensó

-Mierda, podría habérselo dicho a ellos...-susurró entre dientes cerrando los ojos.

***

-¿Le has dicho a Bill que me gusta otro además de él?-gritó Claire al cerrar la puerta tras de sí.

A Eva la asustó y dio un brinco, dejó de comer su hamburguesa de los jueves y miró al frente pensando en que podía decirle, ¿la verdad?

-Verás...-se dio la vuelta y rió nerviosa-. ¿Qué ha pasado?-Eva se fue por la tangente y su amiga no tuvo más remedio que sentarse a su lado y contarle lo que había sucedido hace un par de horas con Bill aunque, ella ya se sabía la parte más importante-. No entiendo porque no le dijiste a Bill nada. Él lo ha tomado como un desprecio y esta mal.

-¿Te lo ha dicho entonces?-Eva asintió-. Es que... te juro que quería decirle que me gusta, mucho. Pero, no se porque me quedé callada.

-Debes hablaro con él-le sugerió.

-¿Tú crees?

-Por supuesto, y debes hacerlo-el teléfono de Eva sonó en el instante en el que Claire iba hablar-. Un momento-levantó su dedo y fue en busca de su teléfono, descolgó-.¿Qué tal mamá?

-Dale saludos de mi parte-y se tumbó en la cama atenta a la conversación de su amiga.

-Saludos de parte de Claire...Igualmente dice...-se quedó callada, escuchando lo que su madre le decía-. ¡Viene!-se alegró muchísimo, después siguió callada escuchándola y Claire notó que le cambió la cara, se incorporó un poco y prestó más atención por si podía escuchar algo-. Mamá es...demasiado pronto-le tembló la voz-. Acabo de comenzar las clases...-agachó la cabeza-... De acuerdo, no discutiré más. Te quiero-colgó y dejó caer su brazo.

-¿Qué sucede?-Claire se levantó y avanzó hacia ella.

-Roberto viene a darme una sorpresa-esbozó una pequeña sonrisa.

-Eso es genial-se alegró-. Tengo unas ganas de ver a ese enano-sonrió a más no poder-. ¿No te alegras?

-Claro que sí. Pero es que...-tragó saliva-. Viene a buscarme para ir a la boda.

-¿Qué?-gritó-. ¿Tan pronto?-Eva se encogió de hombros.

-Mi padre quiere irse definitivamente a México. Ya sabes, piensa que su hora ya está llegando y, quiere vernos...-no pudo terminar la frase.

-Te ayudaré en todo lo que esté en mis manos, ¿de acuerdo?-Claire se avalanzó hacia ella y le dio un fuerte abrazo, tenía su apoyo.

-Gracias-susurró ella conteniendo las lágrimas.

Su futuro iba a cambiar más pronto de lo que ella se imaginaba.