Capítulo 14.

Bill se había quedado boquiabierto con lo que le acababa de contar su hermano, y si no fuera porque Eva ahora mismo estaría durmiendo iría y se lo contaría.

***

Por la mañana, había quedado con sus dos mejores amigos y su hermano para desayunar, como normalmente hacían.

-¿Tienes prisa?-preguntó Gustav al verle que comía rápidamente y que más de una vez casi se atraganta.

-Sí, tengo que contarle lo que me dijo ayer mi hermano rápidamente, antes...-se metió un bollo en la boca-...de que empiecen las clases-tragó.

-¿Ah sí? ¿Y qué es?-los miró a los dos al igual que Georg que estaba intrigado.

-Que te lo cuente mi hermano, nos vemos más tarde-se levantó con la boca llena y desapareció de allí.

No corrió porque sabía que iba a morir atragantado; bebió un poco de agua en la fuente y sin muchas prisas se dirigió a la habitación de Claire y de Eva.

Al girar la esquina tuvo que pararse secamente. Se le partió el corazón. Claire hablaba con un chico, más bien, tonteaba con un chico.

“Después de todo...” se dijo, dolido. “No se va a quedar así”

Volvió a retomar la respiración y se acercó a ella, furioso.

-Dónde está Eva-dijo brúscamente y se colocó frente a ellos que se separaron rápidamente.

A Bill casi le dan ganas de meterle un puñetazo al rubio que osaba tontear con su chica, que aún ella no lo sabía, pero era su chica.

-Bill...-se sorprendió-, esto... No está -dijo finalmente.

-¿No está?-repitió, sorprendido-. ¿Ya se encuentra bien?-frunció el ceño y Claire asintió-. Vale-y se giró bruscamente.

No tuvo el valor de decirle nada, le dolió mucho reconocer aquello pero, Claire no era suya y podría estar con quien quisiera.

-Bill-se detuvo y se giró lentamente para verla-. Te... ¿ocurre algo?

La miró y después miró al otro que sonreía satisfecho, como si supiera que se estaba muriendo de la rabia.

-Pues sí me pasa-se acercó a ella-. Que intento hacer lo imposible para que te fijes en mí, para que te des cuenta de que me gustas mucho y tú te vas con el único que no te ha mirado-dijo enfadado.

Claire frunció el ceño, no entendió eso último que había dicho Bill muy bien. Y es que, Bill lo dio por echo, tenía que ser él de quien habló Eva.

-Oye tú, a Claire le hablas con respeto-se metió de por medio.

-¿Alguien ha llamado a un monigote para qué se metiera en medio?-dijo incrédulo.

-Ahora sí que me vas a decir monigote-aquel se acercó cerrando su puño para estampárselo en los morros a Bill que ni se inmutó de su sitio.

-¡Para!-Claire lo detuvo-. Puedes marcharte, gracias por devolverme el libro.

Aquel se fue no sin antes echarle una mirada de aviso a Bill.

-Vuelve a Cool World-se burló Bill.

-¡Bill!-chilló, molesta-. ¿Se puede saber qué mosca te ha picado?

-¿Que, qué mosca?-repitió-. ¿Acaso no has escuchado nada de lo qué te he dicho?

-De acuerdo, estás celoso.

-Pues claro que estoy... No, un momento-soltó una risita-. Nada de celos.

-¿Y entonces esto a qué se debe?

-A eso, a que me gustas. Y si no sientes lo mismo por mí, será mejor que me digas que no ya, ¿de acuerdo?

Claire no contestó.

-Así me gusta-y se marchó, furioso.

Ya está, ya no tenía que hacer más nada. Había fracasado, Claire jamás sería suya. Ya sabe como se siente cuando a uno le rompen el corazón.

Si hubiera sido más sensible, se hubiera echado a llorar rápidamente pero, solo fue un enorme nudo en la garganta.

Su amor por Claire había desaparecido rápidamente, se lo había destruido en un silencio... en un terrible silencio.

-Bill-le tocaron la espalda y se dio la vuelta para ver de quien se tratara-. ¿Qué te ocurre?

-Estás en pie-fingió una enorme sonrisa.

-El médico ha venido esta mañana, me encontraba muchísimo mejor y me ha dicho que ya puedo dejar de estar aislada-dijo muy contenta.

-Me alegro, de verás.

-No se nota... ¿Puedes contarme qué te ocurre?

-Claire... no quiere nada conmigo-dijo en un suspiro.

-¿Qué?-dijo en un grito ahogado.

Bill ignoró eso y fue directamente a sentarse, desolado como él mismo se encontraba.

-Tiene que tratarse de un error-murmuró.

-¿Qué error? No quiere nada conmigo, ha preferido al rubio monigote ese que era el único que no la miraba.

-¿Qué rubio?

-La he visto, con ese chico, con el que me dijiste, el que le gustaba también.

-Pero, si no es rubio.

-¿Ah, no?-la cara de Bill cambió-. Entonces, ¿quién era? Es igual, el caso es que ha preferido quedarse callada antes de decirme que no-e hizo como si estuviera llorando. Enterró su cabeza en sus manos.

-Eh, Bill. Mira eso.

Bill levantó la cabeza para seguir la mirada de Eva que miraba hacía una puerta donde se encontraba el profesor Frank hablando con Diana, muy sonrientes.

-¡Eso!-la cogió del brazo para que le mirara a la cara-. Tenía que decirte eso, mi hermano habló conmigo anoche y me dijo que había pillado a Diana besándose con el profesor Frank.

-¡Qué fuerte!-abrió mucho los ojos-. ¿Quién es Diana?

Bill chasqueó la lengua.

-¡Esa!-gritó entre dientes señalándola.

-Pues se ve muy contenta para que la esté abusando.

-Tienes razón.

Los dos se quedaron extrañados mirándolos y rápidamente se pusieron a disimular cuando el profesor se había dado cuenta que le estaban observando.

-Corre-susurró Eva al ver que Diana se marchaba-. Tú que la conoces tira a hablar con ella.

-¿Yo por qué?

-¡Joder, Bill!-y después de fulminarle con la mirada fue tras ella-. ¿Diana?-la chica de ojos azules se dio la vuelta al escuchar su nombre.

Bill no quiso dejarla sola ante el “peligro” y fue tras ella.

-Hola Diana.

-Bill-se alegró de verle-. Dile a tú hermano que lo siento mucho...-se entristeció.

-¿Qué sientes?-aprovechó el tema de su hermano para que se lo contase.

-Bueno-empezó a sonrojarse-, es que... me pilló con otro.

-¿Ah si? ¿Con otro?-Bill miró a Eva haciéndose el sorprendido y ésta le siguió el juego-. ¿Y... pasa algo si me dices quién es el otro?

-Verás es que...

-¿El profesor Frank te acosa?

-Serás bruta-replicó Bill y Eva se encogió de hombros.

Diana se quedó con la boca abierta, sin saber que contestar.

-Lo siento Diana, a mi amiga se le va un poco la olla-Eva le dio un codazo-. Lo que quería decirte, con más suavidad, es que el profesor Frank está acusado de abusar a sus alumnas chantajéandolas con un aprobado.

-¡Oh Dios mío!-se horrorizó-. Eso es imposible, el profesor Frank jamás haría eso.

-Entonces, ¿por qué te pilló mi hermano besándote con él?

-Esto...-Diana se estaba poniendo nerviosa y ellos dos sabían que se iba a dar media vuelta para marcharse corriendo-. De acuerdo, te lo cuento a ti Bill porque sé, que eres de confiar.

-Gracias-se lo creyó demasiado y Eva le dio un pisotón.

-¡Pero bueno!

-Ui, no me he dado cuenta que era tú pie-y fingió una sonrisa.

Bill se mordió la lengua.

Diana bajó la mirada hacia Eva, le incordiaba que estuviera ella allí.

-Eh, Diana, si me lo cuentas yo se lo contaré a ella así que...

-Está bien-suspiró-. Frank no me acosa, desde luego que no-sonrió satisfecha-. El solo, me trata como tú hermano no lo ha echo.

-Que orgullo de hermano-murmuró.

-Frank es un casanova, sin darte cuenta te tiras a sus brazos-y miró a Eva porque pensaba que ella la iba a entender.

-Menuda estupidez-escupió Eva-. No hay ningún hombre en la tierra que pueda hacer eso.

-¿Y yo qué?

Ignoraron el comentario de Bill.

-Te lo prometo...

-Eva-dijo ella.

-Eva-siguió Diana-. Es... especial. Nadie se puede resistir-y sonrió.

-Pues no me lo creo-negó con la cabeza-, seguramente que a ti no te hace nada pero, a las demás puede que sí. Confío en la palabra de Arnold, y si fue acusado por algo será-se dirigió a Bill.

-Bueno, muchas gracias Diana.

Y la chica se marchó dedicándoles una sonrisa.

-Tú hermano vaya piezas escoge, es un poco tonta, ¿no?

-Sí, le falta un poco de luces-rieron-. Volviendo al tema, ¿por qué no le crees?

-No le creo y solo hay una manera de averigüarlo-sonrió divertida.

Bill pudo leer en su rostro lo que pensaba.

-¿En serio?-abrió mucho los ojos y Eva asentía lentamente.