BON: te quiero
Dicen que el amor no entiende de razas, distancias, sexo o edad. Pero, ¿realmente la sociedad esta preparada para ello? ¿Cómo alguien no puede aceptar el amor entre dos personas? ¿Por que entierran algo tan bonito en el olvido? ¿Cual seria la unica salida? Un amor destinado a la separacion...
-Gracias Amanda ;)
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Bienvenid@s!
Hola! Antes que nada, gracias por el simple hecho de entrar aquí. Aquí os pondré mis historias, mis pensamientos y siempre van a tener como protagonistas a los chicos de Tokio Hotel, aunque no siempre saldrán como tal.
Espero que os guste y que os divirtáis leyendo y pido una única cosa, en esta actual historia los cuatro chicos no son los protagonistas, es mi primera historia así, y me encantaría que a continuación me contárais que os parece.
Me alegraría muchísimo saber que cada visitante elige su opinión en la encuesta =)
Muchísimas gracias por vuestra atención, y espero, sigáis entrando ;)
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jueves, 25 de marzo de 2010
Capítulo 13.
-Bill... Bill. Háblame-le pedía su hermano.
Bill aún estaba cabreado, acostado en su cama miraba a la nada.
-No te hablo-murmuró.
-Ah, pero entonces yo si te puedo hablar-su hermano ojeaba una revista también tumbado en su cama-. La verdad es que me tenías que haber avisado de que Claire se iba a quedar aquí.
Bill chasqueó la lengua y se puso su almohada encima de su cabeza, para intentar no escucharlo.
Tom lo miró, y entendió que no estaba para juegos.
Alguien llamó a la puerta y ninguno tenía ganas de levantarse para abrirla.
-Está abierto-dijo Tom.
Bill se incorporó para ver quien era y cuando lo vio se acostó de nuevo.
-¿Diana?-frunció el ceño-. ¿Qué haces aquí?
-Verás Tom-dio un paso hacia dentro-, quería decirte que estoy muy enfadada, ¿sabes? Y bueno... mañana si quieres...puedes pasarte por mi habitación si quieres hablar.
Bill no se lo creía lo que estaba escuchando, ¡su hermano las tiene a todas!
-De acuerdo, mañana si eso... me paso-dijo aún desde su cama.
-Vale-Diana sonrió y se marchó tirándole un beso desde la puerta.
-¿No te da pena?-dijo al fin Bill y Tom sonrió porque le había hablado, aunque fuera eso-. ¿No te gustaba Eva? Por cierto, ¿de qué hablásteis?
-Eva es una buena chica y yo no soy para ella, merece a alguien mejor-se sinceró.
-Por supuesto. Buenas noches.
-Buenas noches.
***
La clase no había sido lo mismo para Bill sin Eva, era increíble pero la añoraba. Cogió todos los apuntes que habían dado hoy y se dispuso a ir a su habitación con esa excusa cuando lo que verdaderamente quería era que le hablara de su amiga, que seguramente ya se habría enterado de todo.
-¿Eva?-tocó la puerta.
-¿Vienes tapado?-aquella voz sonó mejor que el día anterior.
-Si-Bill se alegró al ver que tenía buenas ideas.
Antes de pasarse por donde Eva había pasado por la facultad de medicina y Georg le había pasado una mascarilla, así no tendría que estar con su gorro.
Se la colocó y pasó a la habitación; Eva mostraba mejor aspecto y estaba en pie recogiendo su habitación.
-¡Eh! Tienes mejor aspecto-se alegró el chico.
-Si pero, no cantemos victoria. Seguro que hay por ahí suelto algún germen-rieron.
-Te he traído los apuntes-dijo cuando se acordó.
-Muchas gracias-los cogió y los colocó en su escritorio que estaba envuelto de pañuelos de papel, seguramente usados-. Pero, no has venido aquí para darme los apuntes solamente.
-¿Te lo ha contado?-ella asintió-. ¿Y está muy molesta?
-No tanto-se encogió de hombros-. Tampoco ha sido algo muy fuerte pero, sí. Le ha dolido que la engañaras para que durmiera contigo.
-Encima que lo hice para que no se quedara en la calle...-se sentó en la primera silla que vio.
-Ya pero ella piensa que lo hiciste para, ya sabes...
La habitación se quedó en silencio.
-Quizás debería contarselo todo, decirle lo que siento por ella y ya está-dijo con la mirada perdida para después subirla y encontrarse con la mirada de su ahora amiga.
-¿Tú crees?
-No lo sé-sacudió la cabeza-. Dime algo, ¿no?-dijo después de estar un rato sin hablar.
Bill la miró y la vio pálida, se asustó y antes de que pudiera preguntarle salió rápidamente hacía el baño. Bill se levantó para ver que le pasaba pero se paró enseguida cuando escuchó que estaba vomitando. Hizo una mueca de asco.
Entonces, Bill comprendió que Eva había estado todo el tiempo sola, sin nadie que la cuidara porque su amiga tendría que estar en clases; ¿cómo lo habrá echo para ir a comer?
-Oye Eva, ¿alguien viene a estar contigo?-Bill esperó de pie a que contestara.
-La verdad...-escupió-... no. Claire ha venido a contarme eso y se ha marchado porque tenía clases-y volvió a vomitar.
-¿No has comido?-alzó la voz para que pudiera escucharle y Eva negó como pudo-. Ahora mismo vengo, acuéstate.
Y salió de allí rápidamente hacia la cafetería. Pidió una sopa bien calentita y con mucho cuidado y lo más rápido que pudo, fue hasta la habitación de Eva.
Cuando abrió la puerta Eva estaba donde él le había dicho, acostada. Había empeorado desde que la vio cuando acababa de llegar. Estaba dormida.
-Eh-susurró mientras se sentaba a su lado en la cama. Eva abrió los ojos e intentó sonreír-. Te he traído comida, incorpórate como puedas.
-Vaya...-Bill notó difícilmente que se sonrojaba-. No te tenías que haber molestado. Me da mucha vergüenza que me veas en estas fachas-rieron.
-Si quieres te doy la sopa-Bill lo decía en serio y Eva rió.
-Tranquilo, puedo yo sola.
-¿Cómo está?-quiso saber ya que como había ido con prisas...
-Está buena, gracias.
-¿Buena nada más?
-Es que las sopas no me hacen mucha gracia... Oye, ¿te estás perdiendo las clases?
-Es igual-se encogió de hombros-. Ahora me tocaba estar con la jefa-rieron-. ¿Has pensado ya qué vamos hacer para pillar al profesor este?
-Si-tragó la cucharada de sopa-. Iremos a hablar con alguna de sus alumnas, preguntaremos y... bueno.
-Me parece bien. Lo haremos en cuanto te pongas en pie que el profesor Arnold está impaciente porque le pillemos. No entiendo el porqué...-murmuró esto último para él.
-Ya no puedo más-y dejó el plato en la mesita con la ayuda de Bill.
-¿Quieres descansar?
-Tranquilo, no tengo sueño-pero sabía perfectamente que lo tenia ya que estaba haciendo un esfuerzo para que no se le cerraran los párpados.
Por la mente de Eva pasaron miles de cosas y la más importante le parecía increíble, ¿por qué el hombre que hace menos de un mes deseaba que le atropellara un camión, ahora es el hombre con el que mejor se siente? No lo entendía, y esperaba que esos sentimientos solo fueran de amistad.
Sin querer Eva se encontraba cómodamente acostada y no pudo luchar más para que sus párpados quedaran abiertos.
-Bueno y, ¿qué quieres...?-no terminó de formular la pregunta. Eva se había quedado dormida.
“Estaba tan mal” pensó, “una buena siesta y se repondrá”.
Bill la tapó y no pudo evitar mirarla, se veía tan guapa durmiendo. Era el único momento en el que no daba guerra, y a Bill le pareció un momento especial, tanto que, su mano derecha acarició suavemente su rostro mientras en el suyo, se dibujaba una sonrisa.
Sacudió la cabeza y rápidamente quitó la mano. Se asustó. No quería pensar... otra cosa.
Se levantó y empezó a mirar por la habitación ya que iba a estar allí hasta que despertara, no la quería dejar sola por si necesitaba de su ayuda.
Se dirigió a las estanterias y pudo ver unos cuantos libros que leyendo el título no le interesó mucho. Siguió recorriendo la habitación, vio unas cuantas fotos de Claire y de ella juntas. No era su intención pero, tuvo que cogerlas.
Por lo que parecía tendría que ser el país de Eva, en Alemania no había visto todavía un tiempo tan espléndido como el que lo hacía en la fotografía.
Casi todas eran de lo mismo, también vio unas cuantas en las que aparecía su padre pero, se detuvo en una; Eva abrazaba a un chico, moreno y bien musculoso; y se abrazaban no como simples amigos. ¿Serían novios?
Bill desvió la mirada hacia a ella que seguía durmiendo plácidamente.
Claro, él no la ha visto con nadie porque seguramente su novio estaría allí, esperándola en México.
-¿Pues sabe qué?-susurró-. Me alegro por ella, que bien le hace falta un novio.
Cogió su mochila y sacó el libro de lengua inglesa y comenzó a estudiar, para que el tiempo transcurriera rápido.
***
Bill despertó de un sobresalto al escuchar el sonido de su móvil. ¡Se había quedado dormido encima del libro!
Rápidamente fue en busca del teléfono, miró a Eva y seguía durmiendo y sino encontraba el teléfono la iría a despertar.
-Aquí estás-lo sacó de su bolso y vio en la pantallita que era su hermano-. ¿Qué quieres?-susurró.
-¿Dónde has estado toda la tarde? Te hemos estado buscando hasta en los ascensores.
Bill no prestó mucha atención a su hermano, se levantó y miró por la ventana y, ¡ya era de noche! Miro a Eva que comenzaba a menearse. Abrió la puerta con cuidado y salió para así no despertarla.
-¿Estás ahí?
-Si. Es que...-se puso una mano en la cabeza, aún estaba un poco dormido-... me he quedado... dormido.
-Vale, ya me contarás donde. Te tengo una noticia así que, si no quieres que se me olvide ven pronto.
-De acuerdo-y colgó el teléfono.
Entró con cuidado y recogió sus cosas, sin dejar de mirar a Eva abrió la puerta para poco después cerrarla y quedarse en el pasillo.
-¿Bill?
-¡Dios!-se puso una mano en el corazón.
-¿Qué... haces...?-Claire no terminó la frase.
-Había venido a traerle los apuntes y se encontraba mal, además, no tenía quien le trajera la comida y me he quedado con ella toda la tarde.
Claire tuvo que asimilar las palabras que acababan de salir de la boca del chico que tenia delante.
-Gracias. Yo es que he tenido clase y no...
-No pasa nada. No me ha sido un problema.
Claire le sonrió. Se quedaron en silencio.
-Esto... siento lo de anoche. ¿Has dormido bien?
-Si-volvió a sonreír y sus ojos también-. Gracias.
-No hay de qué-le devolvió la sonrisa-. Nos vemos mañana, ahora tengo que irme.
-Claro, hasta mañana.
Claire sintió más que agradecimiento hacia Bill. Y eso, le gustó.
Sus labios se curvaron en una gran sonrisa y se echó un mechón de su rubio cabello detrás de la oreja, coqueta.
“Sigue así” y se giró para abrir la puerta de su habitación.
***
-¿Qué es eso tan importante?-Bill entró sofocado a la habitación.
-¿Que es lo qué tienes pensado hacer con Eva para pillar al profesor ese?
-Hablar con una de sus alumnas-frunció el ceño-. ¿Por qué?
-Pues yo sé con quien podéis hacerlo-sonrió divertido-. Diana.
Bill abrió mucho los ojos y sonrió a su hermano, después lo guió con la mirada a su cama para que se sentaran y así contarle toda la historia.
Bill aún estaba cabreado, acostado en su cama miraba a la nada.
-No te hablo-murmuró.
-Ah, pero entonces yo si te puedo hablar-su hermano ojeaba una revista también tumbado en su cama-. La verdad es que me tenías que haber avisado de que Claire se iba a quedar aquí.
Bill chasqueó la lengua y se puso su almohada encima de su cabeza, para intentar no escucharlo.
Tom lo miró, y entendió que no estaba para juegos.
Alguien llamó a la puerta y ninguno tenía ganas de levantarse para abrirla.
-Está abierto-dijo Tom.
Bill se incorporó para ver quien era y cuando lo vio se acostó de nuevo.
-¿Diana?-frunció el ceño-. ¿Qué haces aquí?
-Verás Tom-dio un paso hacia dentro-, quería decirte que estoy muy enfadada, ¿sabes? Y bueno... mañana si quieres...puedes pasarte por mi habitación si quieres hablar.
Bill no se lo creía lo que estaba escuchando, ¡su hermano las tiene a todas!
-De acuerdo, mañana si eso... me paso-dijo aún desde su cama.
-Vale-Diana sonrió y se marchó tirándole un beso desde la puerta.
-¿No te da pena?-dijo al fin Bill y Tom sonrió porque le había hablado, aunque fuera eso-. ¿No te gustaba Eva? Por cierto, ¿de qué hablásteis?
-Eva es una buena chica y yo no soy para ella, merece a alguien mejor-se sinceró.
-Por supuesto. Buenas noches.
-Buenas noches.
***
La clase no había sido lo mismo para Bill sin Eva, era increíble pero la añoraba. Cogió todos los apuntes que habían dado hoy y se dispuso a ir a su habitación con esa excusa cuando lo que verdaderamente quería era que le hablara de su amiga, que seguramente ya se habría enterado de todo.
-¿Eva?-tocó la puerta.
-¿Vienes tapado?-aquella voz sonó mejor que el día anterior.
-Si-Bill se alegró al ver que tenía buenas ideas.
Antes de pasarse por donde Eva había pasado por la facultad de medicina y Georg le había pasado una mascarilla, así no tendría que estar con su gorro.
Se la colocó y pasó a la habitación; Eva mostraba mejor aspecto y estaba en pie recogiendo su habitación.
-¡Eh! Tienes mejor aspecto-se alegró el chico.
-Si pero, no cantemos victoria. Seguro que hay por ahí suelto algún germen-rieron.
-Te he traído los apuntes-dijo cuando se acordó.
-Muchas gracias-los cogió y los colocó en su escritorio que estaba envuelto de pañuelos de papel, seguramente usados-. Pero, no has venido aquí para darme los apuntes solamente.
-¿Te lo ha contado?-ella asintió-. ¿Y está muy molesta?
-No tanto-se encogió de hombros-. Tampoco ha sido algo muy fuerte pero, sí. Le ha dolido que la engañaras para que durmiera contigo.
-Encima que lo hice para que no se quedara en la calle...-se sentó en la primera silla que vio.
-Ya pero ella piensa que lo hiciste para, ya sabes...
La habitación se quedó en silencio.
-Quizás debería contarselo todo, decirle lo que siento por ella y ya está-dijo con la mirada perdida para después subirla y encontrarse con la mirada de su ahora amiga.
-¿Tú crees?
-No lo sé-sacudió la cabeza-. Dime algo, ¿no?-dijo después de estar un rato sin hablar.
Bill la miró y la vio pálida, se asustó y antes de que pudiera preguntarle salió rápidamente hacía el baño. Bill se levantó para ver que le pasaba pero se paró enseguida cuando escuchó que estaba vomitando. Hizo una mueca de asco.
Entonces, Bill comprendió que Eva había estado todo el tiempo sola, sin nadie que la cuidara porque su amiga tendría que estar en clases; ¿cómo lo habrá echo para ir a comer?
-Oye Eva, ¿alguien viene a estar contigo?-Bill esperó de pie a que contestara.
-La verdad...-escupió-... no. Claire ha venido a contarme eso y se ha marchado porque tenía clases-y volvió a vomitar.
-¿No has comido?-alzó la voz para que pudiera escucharle y Eva negó como pudo-. Ahora mismo vengo, acuéstate.
Y salió de allí rápidamente hacia la cafetería. Pidió una sopa bien calentita y con mucho cuidado y lo más rápido que pudo, fue hasta la habitación de Eva.
Cuando abrió la puerta Eva estaba donde él le había dicho, acostada. Había empeorado desde que la vio cuando acababa de llegar. Estaba dormida.
-Eh-susurró mientras se sentaba a su lado en la cama. Eva abrió los ojos e intentó sonreír-. Te he traído comida, incorpórate como puedas.
-Vaya...-Bill notó difícilmente que se sonrojaba-. No te tenías que haber molestado. Me da mucha vergüenza que me veas en estas fachas-rieron.
-Si quieres te doy la sopa-Bill lo decía en serio y Eva rió.
-Tranquilo, puedo yo sola.
-¿Cómo está?-quiso saber ya que como había ido con prisas...
-Está buena, gracias.
-¿Buena nada más?
-Es que las sopas no me hacen mucha gracia... Oye, ¿te estás perdiendo las clases?
-Es igual-se encogió de hombros-. Ahora me tocaba estar con la jefa-rieron-. ¿Has pensado ya qué vamos hacer para pillar al profesor este?
-Si-tragó la cucharada de sopa-. Iremos a hablar con alguna de sus alumnas, preguntaremos y... bueno.
-Me parece bien. Lo haremos en cuanto te pongas en pie que el profesor Arnold está impaciente porque le pillemos. No entiendo el porqué...-murmuró esto último para él.
-Ya no puedo más-y dejó el plato en la mesita con la ayuda de Bill.
-¿Quieres descansar?
-Tranquilo, no tengo sueño-pero sabía perfectamente que lo tenia ya que estaba haciendo un esfuerzo para que no se le cerraran los párpados.
Por la mente de Eva pasaron miles de cosas y la más importante le parecía increíble, ¿por qué el hombre que hace menos de un mes deseaba que le atropellara un camión, ahora es el hombre con el que mejor se siente? No lo entendía, y esperaba que esos sentimientos solo fueran de amistad.
Sin querer Eva se encontraba cómodamente acostada y no pudo luchar más para que sus párpados quedaran abiertos.
-Bueno y, ¿qué quieres...?-no terminó de formular la pregunta. Eva se había quedado dormida.
“Estaba tan mal” pensó, “una buena siesta y se repondrá”.
Bill la tapó y no pudo evitar mirarla, se veía tan guapa durmiendo. Era el único momento en el que no daba guerra, y a Bill le pareció un momento especial, tanto que, su mano derecha acarició suavemente su rostro mientras en el suyo, se dibujaba una sonrisa.
Sacudió la cabeza y rápidamente quitó la mano. Se asustó. No quería pensar... otra cosa.
Se levantó y empezó a mirar por la habitación ya que iba a estar allí hasta que despertara, no la quería dejar sola por si necesitaba de su ayuda.
Se dirigió a las estanterias y pudo ver unos cuantos libros que leyendo el título no le interesó mucho. Siguió recorriendo la habitación, vio unas cuantas fotos de Claire y de ella juntas. No era su intención pero, tuvo que cogerlas.
Por lo que parecía tendría que ser el país de Eva, en Alemania no había visto todavía un tiempo tan espléndido como el que lo hacía en la fotografía.
Casi todas eran de lo mismo, también vio unas cuantas en las que aparecía su padre pero, se detuvo en una; Eva abrazaba a un chico, moreno y bien musculoso; y se abrazaban no como simples amigos. ¿Serían novios?
Bill desvió la mirada hacia a ella que seguía durmiendo plácidamente.
Claro, él no la ha visto con nadie porque seguramente su novio estaría allí, esperándola en México.
-¿Pues sabe qué?-susurró-. Me alegro por ella, que bien le hace falta un novio.
Cogió su mochila y sacó el libro de lengua inglesa y comenzó a estudiar, para que el tiempo transcurriera rápido.
***
Bill despertó de un sobresalto al escuchar el sonido de su móvil. ¡Se había quedado dormido encima del libro!
Rápidamente fue en busca del teléfono, miró a Eva y seguía durmiendo y sino encontraba el teléfono la iría a despertar.
-Aquí estás-lo sacó de su bolso y vio en la pantallita que era su hermano-. ¿Qué quieres?-susurró.
-¿Dónde has estado toda la tarde? Te hemos estado buscando hasta en los ascensores.
Bill no prestó mucha atención a su hermano, se levantó y miró por la ventana y, ¡ya era de noche! Miro a Eva que comenzaba a menearse. Abrió la puerta con cuidado y salió para así no despertarla.
-¿Estás ahí?
-Si. Es que...-se puso una mano en la cabeza, aún estaba un poco dormido-... me he quedado... dormido.
-Vale, ya me contarás donde. Te tengo una noticia así que, si no quieres que se me olvide ven pronto.
-De acuerdo-y colgó el teléfono.
Entró con cuidado y recogió sus cosas, sin dejar de mirar a Eva abrió la puerta para poco después cerrarla y quedarse en el pasillo.
-¿Bill?
-¡Dios!-se puso una mano en el corazón.
-¿Qué... haces...?-Claire no terminó la frase.
-Había venido a traerle los apuntes y se encontraba mal, además, no tenía quien le trajera la comida y me he quedado con ella toda la tarde.
Claire tuvo que asimilar las palabras que acababan de salir de la boca del chico que tenia delante.
-Gracias. Yo es que he tenido clase y no...
-No pasa nada. No me ha sido un problema.
Claire le sonrió. Se quedaron en silencio.
-Esto... siento lo de anoche. ¿Has dormido bien?
-Si-volvió a sonreír y sus ojos también-. Gracias.
-No hay de qué-le devolvió la sonrisa-. Nos vemos mañana, ahora tengo que irme.
-Claro, hasta mañana.
Claire sintió más que agradecimiento hacia Bill. Y eso, le gustó.
Sus labios se curvaron en una gran sonrisa y se echó un mechón de su rubio cabello detrás de la oreja, coqueta.
“Sigue así” y se giró para abrir la puerta de su habitación.
***
-¿Qué es eso tan importante?-Bill entró sofocado a la habitación.
-¿Que es lo qué tienes pensado hacer con Eva para pillar al profesor ese?
-Hablar con una de sus alumnas-frunció el ceño-. ¿Por qué?
-Pues yo sé con quien podéis hacerlo-sonrió divertido-. Diana.
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TSUPDOAA
Bill Kaulitz es un chico que todo lo tiene, inteligente, atractivo, cariñoso... Junto a su hermano gemelo Tom y sus dos mejores amigos: Georg y Gustav, se van a embarcar en la aventura de pisar por primera vez la universidad donde se volveran locos por las...sí, las chicas.
Pero Bill queda embobado por una rubia pero lo que no sabe el es que tendrá que recurrir a su peor enemiga para poder conquistar su corazón.
La pregunta es, ¿conquistar el corazón de la rubia o el de su peor enemiga? ;D
Da click abajo para leer todos los capítulos ;)
Pero Bill queda embobado por una rubia pero lo que no sabe el es que tendrá que recurrir a su peor enemiga para poder conquistar su corazón.
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