BON: te quiero
Dicen que el amor no entiende de razas, distancias, sexo o edad. Pero, ¿realmente la sociedad esta preparada para ello? ¿Cómo alguien no puede aceptar el amor entre dos personas? ¿Por que entierran algo tan bonito en el olvido? ¿Cual seria la unica salida? Un amor destinado a la separacion...
-Gracias Amanda ;)
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Bienvenid@s!
Hola! Antes que nada, gracias por el simple hecho de entrar aquí. Aquí os pondré mis historias, mis pensamientos y siempre van a tener como protagonistas a los chicos de Tokio Hotel, aunque no siempre saldrán como tal.
Espero que os guste y que os divirtáis leyendo y pido una única cosa, en esta actual historia los cuatro chicos no son los protagonistas, es mi primera historia así, y me encantaría que a continuación me contárais que os parece.
Me alegraría muchísimo saber que cada visitante elige su opinión en la encuesta =)
Muchísimas gracias por vuestra atención, y espero, sigáis entrando ;)
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jueves, 25 de marzo de 2010
Capítulo 11.
A pesar de lo que su hermano le dijo, Bill quería hablar con Eva; quería hablarle de su hermano para explicarle lo buen partido que era a pesar de la fama que tenía. Claro que, lo que Bill tenía en mente era que, Eva con su hermano y él con la mejor amiga de ella; dos para dos. La teoría de Bill no fallaría.
Pero no pudo decírselo en toda la mañana, no sabía porque pero todos los profesores se habían pasado la clase sin callarse, nada más que explicando y Eva se había sentado en la otra punta de la clase así que, le fue imposible poder cruzar palabras con ella. Parecía que pasaba a caso echo.
Finalmente se dio por vencido y esperó a encontrarla de casualidad. Además, Eva tenía que seguir ayundándole con Claire.
***
-¿Seguro qué no quereis venir?
Georg y Gustav estaban preparando las maletas para irse de puente y los gemelos le hacían compañía de mientras para hacer algo.
-No, nuestra madre nos ignora y seguro que es porque se habrá ido con Gordon y no querrá que les molestemos-dijo Bill sacudiendo la cabeza.
-Pues, por mí me quedaba para haceros compañía pero... ya sabéis que me esperan-sonrió Georg pícaro.
-No pasa nada-dijo Bill.
-Yo, no puedo decir lo mismo pero ya que tengo vacaciones no las pasaré aquí-dijo Gustav pasando por su lado para agacharse y meter sus cosas en la maleta.
-Tú eres un amigo-replicaron.
-Yo ya estoy-Georg cerró la maleta y la puso en pie.
-Espera... –a Gustav le costaba cerrarla-. Sí, ya estoy-hizo lo mismo.
Salieron de la habitación y se quedaron parados en el pasillo.
-Hasta el miércoles entonces-Georg alargó la mano y Gustav hizo lo mismo.
Les dieron la espalda para marcharse y Tom tuvo que hacer la gracia.
-Georg usa condones, no quiero ser tito tan pronto-como estaban a distancia tuvo que alzar la voz y el pasillo, no estaba solitario.
Algunos se le quedaron mirando con una risita incluida, y para más verguenza de Georg, Tom continuó.
-Ah no, se me olvidaba que eres virgen todavía-Bill le dio un manotazo en el pecho pero no pudo evitar reírse al igual que los que lo oyeron.
Georg no se dio la vuelta, tan solo alzó el brazo y levantó su dedo corazón.
-Yo también te quiero-murmuró.
-Algún día te mandará a la mierda y te tendrás que arrodillar pidiéndole perdón.
-No puede vivir sin mí.
-Y tú sin él-rieron-. Vámonos a pegarnos pedrazos en las espinillas, ¿no?
Tom le miró y después le dio un empujón.
No querían llegar tan pronto a su habitación y comenzaron a recorrer cada rincón del campus hablando de lo primero que se les ocurría, por ejemplo, que iban hacer todo este puente ahí en la universidad.
Habían llamado a su querida madre para avisarle que iban a ir con ella a pasar el puente y no consiguieron hablar con ella. Por eso, decidieron quedarse allí. Seguramente su madre estaría disfrutando con quien es ahora su marido de su libertad, hacía casi 20 años que Simone cargaba con aquellos dos gemelos; sería buen momento para dejarla disfrutar.
-Podríamos salir por ahí, ¿no?-a Tom se le ocurrió tras estar varios minutos en silencio sentados en el alféizar.
-¿Con el frío que hace?-Bill hizo una mueca.
-Vas a estar bajo techo.
-No se-se encogió de hombros.
-Seguro que es porque no va Claire, ¿verdad?
-Para nada. Aunque-a Bill se le iluminaron los ojos-, podríamos hablar con ellas para ver si se van de puente. A lo mejor se quedan aquí también y nos hacemos compañía.
-No sabes tú ni nada...-murmuró Tom.
-Va a estar Eva.
-¿Y?-frunció el ceño
.
-¿Cómo qué y? Pues si te gusta.
-¿Eva?-entonces se acordó-. Es verdad, sí. Eva, me gusta-afirmaba con la cabeza.
Bill se quedó extrañado por un momento. Sin querer, desvió un momento la mirada y vio que Eva iba con un grupo de chicas las cuales iban vestidas iguales con el mismo uniforme de deporte.
-Hablando de la reina de Roma mira por donde asoma-Bill sonrió travieso-. Eva, ¡Eva!-corrió para ella antes de que desapareciera.
-Ahora voy-dijo a sus compañeras-. Hola, ¿qué haceis?-Eva miró para detras de él y vio que su hermano se acercaba tímidamente.
-Nada-se encogió de hombros-, es que estábamos aburridos. Georg y Gustav se han ido. Por cierto, ¿Claire...?
-Está haciendo las maletas. Hola Tom-dijo cuando ya se puso al lado de su hermano y éste le devolvió el saludo con un levantamiento de cejas.
-¿Maletas?-casi grita.
-Sí, ya que hay puente no nos vamos a quedar aquí-dijo seguido de una sonrisa-, nos vamos con mis padres.
-Parece que somos los únicos idiotas que nos quedamos aquí-murmuró Tom a la vez que se colocaba el gorro de su chaqueta en la cabeza.
-Hubiera sido una buena oportunidad estar con ella este puente... ya me entiendes-le confesó Bill.
-Ya, lo siento pero no íbamos a desaprovechar esto. Son vacaciones-lo dijo entusiasmada.
-Vale-dijo a regañadientes.
-Pues yo tengo que irme a jugar a volley-se señaló su chándal sin querer-. Que os lo paséis...
-Espera-no le dejó terminar-. Tom tiene que decirte una cosa.
-¿Qué?-Tom se sacó las manos de los bolsillos de su chaqueta y casi se le salen los ojos de sus órbitas-. Bill ya te dije que no-murmuró entre dientes-. Que ya me ocupo yo-continuó.
-Ya pero es mejor ahora, ¿no?-le dijo también entre dientes.
Bill miró a Eva que estaba intrigada por saber que pasaba, le sonrió y le soltó todo de golpe.
-A mi hermano le gustas.
-¿Cómo dices?
-Gracias Bill-le fulminó con la mirada.
A Eva le subió el calor rápidamente, se puso nerviosa y sus mejillas se sonrojaban.
-¿Qué?-subió los brazos-. Solo te he ayudado. Creo que eso tenéis que hablarlo los dos-Eva le miraba incómoda a lo que Bill ignoró-. Hacéis buena pareja. Que te lo pases bien.
-Te odio-le murmuró Tom antes de que se diera media vuelta.
Hasta que no desapareció por la esquina no despegaron la vista de él.
Los dos estaban muy incómodos y Eva tuvo que agachar la cabeza.
-Esto...-comenzó a hablar Tom-. Lo cierto es que...¿Nos sentamos?
-Será mejor.
A Eva estas situaciones le incomodan bastante aunque algo le decía que Tom no estaba siendo sincero y sus piernas comenzaron a flojearle; no supo como pero se tropezó con su propio pie y cayó de cabeza para darse finalmente contra el frío suelo. Por suerte, tuvo reflejos y puso sus manos para no darse en la cabeza.
-Ah, que daño-murmuró levantándose rápidamente antes de que Tom pudiera ayudarla.
-¿Te has echo daño?-la cogió de un brazo y la ayudó a sentarse.
-Estoy acostumbrada, no te preocupes-y sonrió poniéndose bien el pelo.
-Eres muy agradable, ¿lo sabías?
-Tom, yo no te gusto, ¿verdad?-el nombrado puso los ojos en blanco para después agachar la mirada y negar con la cabeza.
-¿Cómo lo has sabido?
-Dígamos que las mujeres tenemos un sexto sentido-rieron-. Lo he sabido por tú mirada, no estabas de acuerdo con lo que decía Bill. ¿Entonces por qué dice que te gusto?
-Porque tuve que decirle que eres tú, no quiero que se entere que...-Tom se dio cuenta de que estaba hablando más de la cuenta.
-De que quien te gusta es la misma que a él-Tom no contestó-. Como está el panorama-bufó y miró al frente-, ¿qué tiene Claire?-replicó.
-No lo se pero es que, de un día para otro no dejaba de pensar en ella. Casi me pego un tiro-Eva se rió-. No en serio, es que no es bonito saber que piensas en la misma tía que tú hermano gemelo.
-¿Y ahora qué se supone que tengo que hacer? ¿Ayudarte a ti o a tú hermano?
-No te preocupes, sigue ayudando a mi hermano. Esto se me pasará sí o sí y ahora que es puente habrán muchas chicas en Berlín dispuestas a todo.
-No te lo niego.
-Oye Eva, ¿vienes o qué?-una chica se asomó desde la puerta del gimnasio.
-Te tengo que dejar, hasta luego.
-¿Puedes?-Eva asintió mientras se levantaba torpemente-. Hasta el miércoles-le sonrió y de pie esperó a que llegara bien al gimnasio.
“Sería una buena pareja. Lástima que no sea para mí” pensó mientras se dirigía a su habitación.
***
Bill iba muy contento, podía nacer una nueva pareja en el campus y sería su querido hermano con quien hacía unas semanas era su archienemiga.
Estaba concentrado en abrir la puerta de su habitación tarareando la primera canción que le vino a la cabeza hasta que oyó su nombre.
-¡Eh, Bill!-reconoció esa voz y por eso es que se alegró tanto. Claire le llamaba desde el otro extremo del pasillo.
-¡Claire!-las esperanzas de Bill crecían.
-Hay alguien que te busca-dijo ella sin quitar su alegre sonrisa.
Bill no se esperaba a nadie, a lo mejor era un juego suyo para no decir que era ella quien quería verle. Pero apareció una señora no muy alta de cabello castaño oscuro, saludándole y acercándose a él lo más deprisa que podía junto a Claire.
-¿Mamá?-enarcó una ceja y abrió mucho los ojos.
-¡Hijo!-se tiró a él a abrazarle y a besarle-. Sorpresa-chilló de la felicidad.
Bill miró a su lado y vio que Claire estaba viendo aquello y se puso muy, muy colorado.
-Para mamá que me dejas en evidencia-dijo entre dientes-. ¿Qué haces aquí?-su madre no le soltaba de la mano.
-¿No te alegras de qué esté aquí? Si es que, encima los hijos son unos desagradecidos-decía aún sonriente a Claire.
-Sí Bill, no tendrías que ponerte así. Tú madre ha venido a darte una sorpresa y lo mínimo que se merece es tú alegría.
-Y me alegro, de verás que me alegro mamá. Íbamos a ir Tom y yo a veros pero no nos cogísteis el teléfono.
-Es que estábamos viniendo a Berlín. Gordon ha reservado una habitación-dijo orgullosa.
-¿Gordon?-miró a todos lados.
-Está aparcando el coche-se acordó-. No sabía tú habitación y me he encontrado con esta chica...
-Claire-dijo ella al darse cuenta que no se acordaba de su nombre.
-Sí, de Claire-asentía-, y me ha ayudado.
-Bueno, gracias Claire-le dijo Bill aún colorado.
-Sí, muchísimas gracias. Me ha encantado conocerte.
-Lo mismo digo. Yo tengo que irme. Hasta el miércoles-y se dio media vuelta no sin antes mirar a Bill con ojos dulces que hizo que el corazón le latiera más deprisa. Por segundos se paró el tiempo y embobado veía como se marchaba.
-Bill-su madre le pasó la mano por delante y se desconcentró.
-¿Qué?
-¿Y tú hermano?
-Ahora viene.
-Vamos a pasar un puente de lujo-decía su madre sin soltarle de la mano.
Pero no pudo decírselo en toda la mañana, no sabía porque pero todos los profesores se habían pasado la clase sin callarse, nada más que explicando y Eva se había sentado en la otra punta de la clase así que, le fue imposible poder cruzar palabras con ella. Parecía que pasaba a caso echo.
Finalmente se dio por vencido y esperó a encontrarla de casualidad. Además, Eva tenía que seguir ayundándole con Claire.
***
-¿Seguro qué no quereis venir?
Georg y Gustav estaban preparando las maletas para irse de puente y los gemelos le hacían compañía de mientras para hacer algo.
-No, nuestra madre nos ignora y seguro que es porque se habrá ido con Gordon y no querrá que les molestemos-dijo Bill sacudiendo la cabeza.
-Pues, por mí me quedaba para haceros compañía pero... ya sabéis que me esperan-sonrió Georg pícaro.
-No pasa nada-dijo Bill.
-Yo, no puedo decir lo mismo pero ya que tengo vacaciones no las pasaré aquí-dijo Gustav pasando por su lado para agacharse y meter sus cosas en la maleta.
-Tú eres un amigo-replicaron.
-Yo ya estoy-Georg cerró la maleta y la puso en pie.
-Espera... –a Gustav le costaba cerrarla-. Sí, ya estoy-hizo lo mismo.
Salieron de la habitación y se quedaron parados en el pasillo.
-Hasta el miércoles entonces-Georg alargó la mano y Gustav hizo lo mismo.
Les dieron la espalda para marcharse y Tom tuvo que hacer la gracia.
-Georg usa condones, no quiero ser tito tan pronto-como estaban a distancia tuvo que alzar la voz y el pasillo, no estaba solitario.
Algunos se le quedaron mirando con una risita incluida, y para más verguenza de Georg, Tom continuó.
-Ah no, se me olvidaba que eres virgen todavía-Bill le dio un manotazo en el pecho pero no pudo evitar reírse al igual que los que lo oyeron.
Georg no se dio la vuelta, tan solo alzó el brazo y levantó su dedo corazón.
-Yo también te quiero-murmuró.
-Algún día te mandará a la mierda y te tendrás que arrodillar pidiéndole perdón.
-No puede vivir sin mí.
-Y tú sin él-rieron-. Vámonos a pegarnos pedrazos en las espinillas, ¿no?
Tom le miró y después le dio un empujón.
No querían llegar tan pronto a su habitación y comenzaron a recorrer cada rincón del campus hablando de lo primero que se les ocurría, por ejemplo, que iban hacer todo este puente ahí en la universidad.
Habían llamado a su querida madre para avisarle que iban a ir con ella a pasar el puente y no consiguieron hablar con ella. Por eso, decidieron quedarse allí. Seguramente su madre estaría disfrutando con quien es ahora su marido de su libertad, hacía casi 20 años que Simone cargaba con aquellos dos gemelos; sería buen momento para dejarla disfrutar.
-Podríamos salir por ahí, ¿no?-a Tom se le ocurrió tras estar varios minutos en silencio sentados en el alféizar.
-¿Con el frío que hace?-Bill hizo una mueca.
-Vas a estar bajo techo.
-No se-se encogió de hombros.
-Seguro que es porque no va Claire, ¿verdad?
-Para nada. Aunque-a Bill se le iluminaron los ojos-, podríamos hablar con ellas para ver si se van de puente. A lo mejor se quedan aquí también y nos hacemos compañía.
-No sabes tú ni nada...-murmuró Tom.
-Va a estar Eva.
-¿Y?-frunció el ceño
.
-¿Cómo qué y? Pues si te gusta.
-¿Eva?-entonces se acordó-. Es verdad, sí. Eva, me gusta-afirmaba con la cabeza.
Bill se quedó extrañado por un momento. Sin querer, desvió un momento la mirada y vio que Eva iba con un grupo de chicas las cuales iban vestidas iguales con el mismo uniforme de deporte.
-Hablando de la reina de Roma mira por donde asoma-Bill sonrió travieso-. Eva, ¡Eva!-corrió para ella antes de que desapareciera.
-Ahora voy-dijo a sus compañeras-. Hola, ¿qué haceis?-Eva miró para detras de él y vio que su hermano se acercaba tímidamente.
-Nada-se encogió de hombros-, es que estábamos aburridos. Georg y Gustav se han ido. Por cierto, ¿Claire...?
-Está haciendo las maletas. Hola Tom-dijo cuando ya se puso al lado de su hermano y éste le devolvió el saludo con un levantamiento de cejas.
-¿Maletas?-casi grita.
-Sí, ya que hay puente no nos vamos a quedar aquí-dijo seguido de una sonrisa-, nos vamos con mis padres.
-Parece que somos los únicos idiotas que nos quedamos aquí-murmuró Tom a la vez que se colocaba el gorro de su chaqueta en la cabeza.
-Hubiera sido una buena oportunidad estar con ella este puente... ya me entiendes-le confesó Bill.
-Ya, lo siento pero no íbamos a desaprovechar esto. Son vacaciones-lo dijo entusiasmada.
-Vale-dijo a regañadientes.
-Pues yo tengo que irme a jugar a volley-se señaló su chándal sin querer-. Que os lo paséis...
-Espera-no le dejó terminar-. Tom tiene que decirte una cosa.
-¿Qué?-Tom se sacó las manos de los bolsillos de su chaqueta y casi se le salen los ojos de sus órbitas-. Bill ya te dije que no-murmuró entre dientes-. Que ya me ocupo yo-continuó.
-Ya pero es mejor ahora, ¿no?-le dijo también entre dientes.
Bill miró a Eva que estaba intrigada por saber que pasaba, le sonrió y le soltó todo de golpe.
-A mi hermano le gustas.
-¿Cómo dices?
-Gracias Bill-le fulminó con la mirada.
A Eva le subió el calor rápidamente, se puso nerviosa y sus mejillas se sonrojaban.
-¿Qué?-subió los brazos-. Solo te he ayudado. Creo que eso tenéis que hablarlo los dos-Eva le miraba incómoda a lo que Bill ignoró-. Hacéis buena pareja. Que te lo pases bien.
-Te odio-le murmuró Tom antes de que se diera media vuelta.
Hasta que no desapareció por la esquina no despegaron la vista de él.
Los dos estaban muy incómodos y Eva tuvo que agachar la cabeza.
-Esto...-comenzó a hablar Tom-. Lo cierto es que...¿Nos sentamos?
-Será mejor.
A Eva estas situaciones le incomodan bastante aunque algo le decía que Tom no estaba siendo sincero y sus piernas comenzaron a flojearle; no supo como pero se tropezó con su propio pie y cayó de cabeza para darse finalmente contra el frío suelo. Por suerte, tuvo reflejos y puso sus manos para no darse en la cabeza.
-Ah, que daño-murmuró levantándose rápidamente antes de que Tom pudiera ayudarla.
-¿Te has echo daño?-la cogió de un brazo y la ayudó a sentarse.
-Estoy acostumbrada, no te preocupes-y sonrió poniéndose bien el pelo.
-Eres muy agradable, ¿lo sabías?
-Tom, yo no te gusto, ¿verdad?-el nombrado puso los ojos en blanco para después agachar la mirada y negar con la cabeza.
-¿Cómo lo has sabido?
-Dígamos que las mujeres tenemos un sexto sentido-rieron-. Lo he sabido por tú mirada, no estabas de acuerdo con lo que decía Bill. ¿Entonces por qué dice que te gusto?
-Porque tuve que decirle que eres tú, no quiero que se entere que...-Tom se dio cuenta de que estaba hablando más de la cuenta.
-De que quien te gusta es la misma que a él-Tom no contestó-. Como está el panorama-bufó y miró al frente-, ¿qué tiene Claire?-replicó.
-No lo se pero es que, de un día para otro no dejaba de pensar en ella. Casi me pego un tiro-Eva se rió-. No en serio, es que no es bonito saber que piensas en la misma tía que tú hermano gemelo.
-¿Y ahora qué se supone que tengo que hacer? ¿Ayudarte a ti o a tú hermano?
-No te preocupes, sigue ayudando a mi hermano. Esto se me pasará sí o sí y ahora que es puente habrán muchas chicas en Berlín dispuestas a todo.
-No te lo niego.
-Oye Eva, ¿vienes o qué?-una chica se asomó desde la puerta del gimnasio.
-Te tengo que dejar, hasta luego.
-¿Puedes?-Eva asintió mientras se levantaba torpemente-. Hasta el miércoles-le sonrió y de pie esperó a que llegara bien al gimnasio.
“Sería una buena pareja. Lástima que no sea para mí” pensó mientras se dirigía a su habitación.
***
Bill iba muy contento, podía nacer una nueva pareja en el campus y sería su querido hermano con quien hacía unas semanas era su archienemiga.
Estaba concentrado en abrir la puerta de su habitación tarareando la primera canción que le vino a la cabeza hasta que oyó su nombre.
-¡Eh, Bill!-reconoció esa voz y por eso es que se alegró tanto. Claire le llamaba desde el otro extremo del pasillo.
-¡Claire!-las esperanzas de Bill crecían.
-Hay alguien que te busca-dijo ella sin quitar su alegre sonrisa.
Bill no se esperaba a nadie, a lo mejor era un juego suyo para no decir que era ella quien quería verle. Pero apareció una señora no muy alta de cabello castaño oscuro, saludándole y acercándose a él lo más deprisa que podía junto a Claire.
-¿Mamá?-enarcó una ceja y abrió mucho los ojos.
-¡Hijo!-se tiró a él a abrazarle y a besarle-. Sorpresa-chilló de la felicidad.
Bill miró a su lado y vio que Claire estaba viendo aquello y se puso muy, muy colorado.
-Para mamá que me dejas en evidencia-dijo entre dientes-. ¿Qué haces aquí?-su madre no le soltaba de la mano.
-¿No te alegras de qué esté aquí? Si es que, encima los hijos son unos desagradecidos-decía aún sonriente a Claire.
-Sí Bill, no tendrías que ponerte así. Tú madre ha venido a darte una sorpresa y lo mínimo que se merece es tú alegría.
-Y me alegro, de verás que me alegro mamá. Íbamos a ir Tom y yo a veros pero no nos cogísteis el teléfono.
-Es que estábamos viniendo a Berlín. Gordon ha reservado una habitación-dijo orgullosa.
-¿Gordon?-miró a todos lados.
-Está aparcando el coche-se acordó-. No sabía tú habitación y me he encontrado con esta chica...
-Claire-dijo ella al darse cuenta que no se acordaba de su nombre.
-Sí, de Claire-asentía-, y me ha ayudado.
-Bueno, gracias Claire-le dijo Bill aún colorado.
-Sí, muchísimas gracias. Me ha encantado conocerte.
-Lo mismo digo. Yo tengo que irme. Hasta el miércoles-y se dio media vuelta no sin antes mirar a Bill con ojos dulces que hizo que el corazón le latiera más deprisa. Por segundos se paró el tiempo y embobado veía como se marchaba.
-Bill-su madre le pasó la mano por delante y se desconcentró.
-¿Qué?
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TSUPDOAA
Bill Kaulitz es un chico que todo lo tiene, inteligente, atractivo, cariñoso... Junto a su hermano gemelo Tom y sus dos mejores amigos: Georg y Gustav, se van a embarcar en la aventura de pisar por primera vez la universidad donde se volveran locos por las...sí, las chicas.
Pero Bill queda embobado por una rubia pero lo que no sabe el es que tendrá que recurrir a su peor enemiga para poder conquistar su corazón.
La pregunta es, ¿conquistar el corazón de la rubia o el de su peor enemiga? ;D
Da click abajo para leer todos los capítulos ;)
Pero Bill queda embobado por una rubia pero lo que no sabe el es que tendrá que recurrir a su peor enemiga para poder conquistar su corazón.
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