BON: te quiero
Dicen que el amor no entiende de razas, distancias, sexo o edad. Pero, ¿realmente la sociedad esta preparada para ello? ¿Cómo alguien no puede aceptar el amor entre dos personas? ¿Por que entierran algo tan bonito en el olvido? ¿Cual seria la unica salida? Un amor destinado a la separacion...
-Gracias Amanda ;)
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Bienvenid@s!
Hola! Antes que nada, gracias por el simple hecho de entrar aquí. Aquí os pondré mis historias, mis pensamientos y siempre van a tener como protagonistas a los chicos de Tokio Hotel, aunque no siempre saldrán como tal.
Espero que os guste y que os divirtáis leyendo y pido una única cosa, en esta actual historia los cuatro chicos no son los protagonistas, es mi primera historia así, y me encantaría que a continuación me contárais que os parece.
Me alegraría muchísimo saber que cada visitante elige su opinión en la encuesta =)
Muchísimas gracias por vuestra atención, y espero, sigáis entrando ;)
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jueves, 25 de marzo de 2010
Capítulo 10.
Antes de gritar lo contento que estaba se aseguró de que su hermano estuviera allí, y en efecto, Tom se encontraba sentado enfrente del ordenador escuchando música tras los cascos.
-¿A qué no sabes qué?-Bill le quitó los cascos y le habló muy cerca de su oreja izquierda. Tom se asustó y lo maldijo entre dientes.
-¿Qué no se?-reprimió un suspiro.
-Pero mírame-le exigia a la vez que se tumbaba en su cama. Tom se dio la vuelta a regañadientes-. He hablado con Claire-dijo emocionado con una sonrisa de oreja a oreja.
-¿En serio?-tartamudeó Tom y se puso algo tenso, cosa que Bill no se dio cuenta debido a su felicidad-. ¿Y... qué... de qué habéis hablado?
-Pues...-dijo tras un suspiro y apoyó la cabeza en la almohada mirando al techo-, Eva me ha dicho que usara de pretexto su libro favorito, y hemos estado hablando y... bueno, ¡qué he hablado con ella y ya me ve de otra forma!-se incorporó de un salto-. Al menos eso pienso yo...
-Me alegro entonces-Tom le sonrió pero sus ojos no mostraban tal felicidad por su hermano pequeño-. Bueno, yo voy a seguir con mis cosas-se colocó los cascos y por un instante hizo como si mirara algo.
***
-Me ha pasado una cosa muy extraña-dijo Claire conforme entraba a su habitación y dejaba sus cosas para sentarse en su cama. Eva le preguntó con la mirada ya que se estaba comiendo su hamburguesa de los jueves-. Verás... He hablado con Bill Kaulitz y he sentido un cosquilleo-frunció el ceño.
“Le ha salido bien entonces, felicidades Eva” se dijo a su fuero interno.
-¿Debido a qué?-se hizo la sorprendida.
-¡Se está leyendo Dorian Gray! ¿Te lo puedes creer?
-¿En serio?-abrió mucho los ojos-, pues no, no me lo termino de creer-en el fondo se estaba riendo.
-Sí, y ha sido algo extraño porque piensa lo mismo que yo sobre ese libro-dejó la mirada perdida-. Jamás pensé que encontraria a un chico que...
-Te gusta, ¿verdad?-le cortó Eva rápidamente.
-¿Qué?-dijo en un grito ahogado seguido de una risita-. Me llamó la atención, me la ha llamado y seguirá llamándomela pero...
-¿Pero qué?-preguntó incrédula.
-Es que...-sonrió coqueta y se acercó a Eva arrodillándose para que sus miradas estuviesen a la misma altura.
Claire no sabía como decírselo y Eva explotó.
-¿Es que qué?
-Vale, vale. El otro día cuando tú y Bill desaparecísteis yo... pues, me encontré con alguien y pues ese alguien me gustó porque...
-¡No sigas!-le tapó la boca y con los ojos muy abiertos-, no será...-y Claire asintió lentamente-. Pero si son... bah, ¿sabes qué? Tú sabrás-y se volvió para terminar de comerse su hamburguesa y Claire se reía.
-¿Qué ocurre? Es que Bill es de este modo y el otro de este que...-se tumbó en su cama abrazando su peluche.
“Verás que alegría le va a dar cuando se entere” pensaba Eva mirando a su compañera.
***
-¿No vas a dejar el ordenador en toda la noche?-preguntaba Bill a su hermano, inquieto porque no sabía lo que hacer.
-No, tengo que buscar información de deportes. Por si se te ha olvidado los hay quien tiene que trabajar, claro que como tú eres amigo de la jefa...-hizo una mueca de burla.
-No sabía donde ponerme por eso me ha pedido que le ayude.
-Ya claro-murmuró y se volvió a poner los cascos y a escribir en su cuaderno.
Bill miró al suelo para pensar en que hacer ahora ya que estaba demasiado aburrido. Se tumbó en su cama y cogió el mando apuntando hacia el televisor; estuvo haciendo zapping durante un rato hasta que se cansó y apagó el televisor.
-Tom...Tom...-lo estuvo llamando hasta que prestó su atención.
-¿Qué quieres?-dijo molesto.
-Me aburro.
-Pues coge una piedra y te das en la espinilla-Bill le enarcó una ceja-. Yo tengo que hacer esto-y le volvió a dar la espalda.
-¿Sabes si Georg y Gustav querrán darse en la espinilla conmigo con una piedra?
-¡Bill por favor!-dio un puñetazo en el escritorio.
-Vale, vale. No nos pongamos así. Ya te dejo en paz-Bill desvió la mirada y se encontró con un montón de revistas las cuales cogió y empezó a ojearlas por encima.
Bufó, se estaba aburriendo demasiado y no tuvo opción que cogerse el libro que le prestó Eva a ver si por leerse la primera página tres veces le llegaba a enganchar.
Imposible.
Bill cogió su almohada y empezó a jugar con ella poniéndose de todas las formas posibles en su cama.
Tocaron la puerta y se alegró muchísimo, con un poco de suerte eran sus dos amigos que venían hacerle compañía.
Abrió la puerta y tuvo que bajar la vista, aquella chica de ojos azules no era muy alta que digamos.
-¿Está tú hermano?-más bien no parecía una pregunta sino, una afirmación.
Bill se acordó entonces de lo que aquella chica le había dicho aquella tarde, que Tom había pronunciado otro nombre y pensó que esto sería muchísimo mejor que hablar con sus dos amigos así que, dejó pasar a la chica.
Tom seguía atareado con los cascos puestos y no se percató de que había una presencia más en la habitación.
-Yo le llamo-decía Bill mientras cerraba la puerta y acto seguido se dirigía a su hermano para quitarle los cascos.
-¡Qué me dejes!-Tom se levantó y casi le pega a su hermano pero se paró cuando Bill le señaló con los ojos a su lado derecho.
Tom le miró interrogante y después se giró para ver quien era.
-Diana-tartamudeó-, ¿qué haces aquí?-se acercó a ella tímidamente.
Bill se acomodó para ver bien aquella escena, lo más propio sería que abandonara la estancia pero, sabía que su hermano no se lo iba a contar hasta pasadas unas semanas y prefería enterarse ahora.
-Verás, lo he estado pensando y mira, te perdono que me hayas dicho el nombre de...
-¡De nadie!-le cortó rápidamente Tom mirando a Bill, no quería que se enterase.
-¿Qué? No, no-se levantó para acercarse a la chica pero Tom le retuvo-, vamos Tom, soy tú hermano tengo que enterarme quien te gusta.
-Es que, no me gusta-lo dijo en una risa.
-¿Cómo qué no? Uno no creo que diga otro nombre por decir mientras está apunto de... con otra chica-replicó Diana.
-Exacto-Bill la apoyó y después miró a su hermano.
Tom no sabía que hacer.
-Mira Diana, eres una chica muy guapa-se acercó a ella-, pero, no soy tú hombre.
-En eso estoy de acuerdo-saltó Bill y Tom se giró para echarle una mirada de odio que Bill cogió a la primera y se sentó.
-Pero es que, tú me gustas mucho-Diana lo cogió de las manos y se puso de puntillas para besarle.
-De verdad que lo siento-le quitó las manos-. Además, esto no hubiera durado ni a mañana. Creo que te han hablado de mí lo suficiente.
Diana no dijo nada, le dio la espalda y cabreada se marchó de la habitación.
A Tom no se le podía partir el corazón cada vez que veía esa reacción de las chicas; él era un lobo solitario y lo seguiría siendo, no porque la tal... se le haya metido entre ceja y ceja iba a permitir que eso no ocurriera más. Seguiría tonteando con todas las chicas que se le acercasen.
-Me da pena...-murmuró Bill y después de un salto estaba al lado de su hermano-. Quien te gusta.
Tom lo ignoró y se volvió a colocar donde estaba antes de que entrara Diana.
-Si no me lo dices llamaré a Diana-Bill estaba dispuesto a abrir la puerta.
-¡No!-Tom se levantó, preocupado-. Eres mi hermano, no seas tan asqueroso. Deberías comprenderme si no te lo quiero decir.
-Pero Tom, siempre nos contamos todo. ¿Quién es esa chica para qué no me lo quieras contar?
Bill lo miró suplicante y Tom lo miró pensativo.
-De acuerdo...-tartamudeó-. Te lo diré.
-Pues venga. Quiero conocer a la primera chica después de muchos años que le mola muchísimo a mi hermano-Tom notó que su hermano estaba muy emocionado.
-Es... Eva-dijo tras un suspiró.
-¿Qué?-Bill abrió mucho la boca y sus ojos se salieron fuera de su órbita-. Antes te hubiera mandado a la mierda y más para allá pero, ahora... Hacéis buena pareja-Bill le dio unas palmadas en la espalda-. ¿Y por Eva tanto misterio?
-Sí-Tom rió nervioso-. Ya ves-se encogió de hombros-. Pero verás, es una tontería. Solo que, últimamente no he dejado de pensar en ella pero verás que pronto se me pasa.
-Para nada. Yo quiero tener de cuñada a Eva, seguro que a ella le gustas. Le hablaré de ti.
-¿Qué? No, Bill. Para-levantó las manos y abrió las palmas-. Si quiero algo con ella... ya... me las arreglaré yo solo.
-Está bien-dijo tras pensar un rato-. Está bien-le sonrió y se tumbó en su cama.
“Seguro que no se atreve a decirle nada pero, ya está aquí Bill para hacer de Celestina”-pensó mientras miraba a su hermano por el rabillo del ojo que se estaba colocando nuevamente para hacer su tarea.
-¿A qué no sabes qué?-Bill le quitó los cascos y le habló muy cerca de su oreja izquierda. Tom se asustó y lo maldijo entre dientes.
-¿Qué no se?-reprimió un suspiro.
-Pero mírame-le exigia a la vez que se tumbaba en su cama. Tom se dio la vuelta a regañadientes-. He hablado con Claire-dijo emocionado con una sonrisa de oreja a oreja.
-¿En serio?-tartamudeó Tom y se puso algo tenso, cosa que Bill no se dio cuenta debido a su felicidad-. ¿Y... qué... de qué habéis hablado?
-Pues...-dijo tras un suspiro y apoyó la cabeza en la almohada mirando al techo-, Eva me ha dicho que usara de pretexto su libro favorito, y hemos estado hablando y... bueno, ¡qué he hablado con ella y ya me ve de otra forma!-se incorporó de un salto-. Al menos eso pienso yo...
-Me alegro entonces-Tom le sonrió pero sus ojos no mostraban tal felicidad por su hermano pequeño-. Bueno, yo voy a seguir con mis cosas-se colocó los cascos y por un instante hizo como si mirara algo.
***
-Me ha pasado una cosa muy extraña-dijo Claire conforme entraba a su habitación y dejaba sus cosas para sentarse en su cama. Eva le preguntó con la mirada ya que se estaba comiendo su hamburguesa de los jueves-. Verás... He hablado con Bill Kaulitz y he sentido un cosquilleo-frunció el ceño.
“Le ha salido bien entonces, felicidades Eva” se dijo a su fuero interno.
-¿Debido a qué?-se hizo la sorprendida.
-¡Se está leyendo Dorian Gray! ¿Te lo puedes creer?
-¿En serio?-abrió mucho los ojos-, pues no, no me lo termino de creer-en el fondo se estaba riendo.
-Sí, y ha sido algo extraño porque piensa lo mismo que yo sobre ese libro-dejó la mirada perdida-. Jamás pensé que encontraria a un chico que...
-Te gusta, ¿verdad?-le cortó Eva rápidamente.
-¿Qué?-dijo en un grito ahogado seguido de una risita-. Me llamó la atención, me la ha llamado y seguirá llamándomela pero...
-¿Pero qué?-preguntó incrédula.
-Es que...-sonrió coqueta y se acercó a Eva arrodillándose para que sus miradas estuviesen a la misma altura.
Claire no sabía como decírselo y Eva explotó.
-¿Es que qué?
-Vale, vale. El otro día cuando tú y Bill desaparecísteis yo... pues, me encontré con alguien y pues ese alguien me gustó porque...
-¡No sigas!-le tapó la boca y con los ojos muy abiertos-, no será...-y Claire asintió lentamente-. Pero si son... bah, ¿sabes qué? Tú sabrás-y se volvió para terminar de comerse su hamburguesa y Claire se reía.
-¿Qué ocurre? Es que Bill es de este modo y el otro de este que...-se tumbó en su cama abrazando su peluche.
“Verás que alegría le va a dar cuando se entere” pensaba Eva mirando a su compañera.
***
-¿No vas a dejar el ordenador en toda la noche?-preguntaba Bill a su hermano, inquieto porque no sabía lo que hacer.
-No, tengo que buscar información de deportes. Por si se te ha olvidado los hay quien tiene que trabajar, claro que como tú eres amigo de la jefa...-hizo una mueca de burla.
-No sabía donde ponerme por eso me ha pedido que le ayude.
-Ya claro-murmuró y se volvió a poner los cascos y a escribir en su cuaderno.
Bill miró al suelo para pensar en que hacer ahora ya que estaba demasiado aburrido. Se tumbó en su cama y cogió el mando apuntando hacia el televisor; estuvo haciendo zapping durante un rato hasta que se cansó y apagó el televisor.
-Tom...Tom...-lo estuvo llamando hasta que prestó su atención.
-¿Qué quieres?-dijo molesto.
-Me aburro.
-Pues coge una piedra y te das en la espinilla-Bill le enarcó una ceja-. Yo tengo que hacer esto-y le volvió a dar la espalda.
-¿Sabes si Georg y Gustav querrán darse en la espinilla conmigo con una piedra?
-¡Bill por favor!-dio un puñetazo en el escritorio.
-Vale, vale. No nos pongamos así. Ya te dejo en paz-Bill desvió la mirada y se encontró con un montón de revistas las cuales cogió y empezó a ojearlas por encima.
Bufó, se estaba aburriendo demasiado y no tuvo opción que cogerse el libro que le prestó Eva a ver si por leerse la primera página tres veces le llegaba a enganchar.
Imposible.
Bill cogió su almohada y empezó a jugar con ella poniéndose de todas las formas posibles en su cama.
Tocaron la puerta y se alegró muchísimo, con un poco de suerte eran sus dos amigos que venían hacerle compañía.
Abrió la puerta y tuvo que bajar la vista, aquella chica de ojos azules no era muy alta que digamos.
-¿Está tú hermano?-más bien no parecía una pregunta sino, una afirmación.
Bill se acordó entonces de lo que aquella chica le había dicho aquella tarde, que Tom había pronunciado otro nombre y pensó que esto sería muchísimo mejor que hablar con sus dos amigos así que, dejó pasar a la chica.
Tom seguía atareado con los cascos puestos y no se percató de que había una presencia más en la habitación.
-Yo le llamo-decía Bill mientras cerraba la puerta y acto seguido se dirigía a su hermano para quitarle los cascos.
-¡Qué me dejes!-Tom se levantó y casi le pega a su hermano pero se paró cuando Bill le señaló con los ojos a su lado derecho.
Tom le miró interrogante y después se giró para ver quien era.
-Diana-tartamudeó-, ¿qué haces aquí?-se acercó a ella tímidamente.
Bill se acomodó para ver bien aquella escena, lo más propio sería que abandonara la estancia pero, sabía que su hermano no se lo iba a contar hasta pasadas unas semanas y prefería enterarse ahora.
-Verás, lo he estado pensando y mira, te perdono que me hayas dicho el nombre de...
-¡De nadie!-le cortó rápidamente Tom mirando a Bill, no quería que se enterase.
-¿Qué? No, no-se levantó para acercarse a la chica pero Tom le retuvo-, vamos Tom, soy tú hermano tengo que enterarme quien te gusta.
-Es que, no me gusta-lo dijo en una risa.
-¿Cómo qué no? Uno no creo que diga otro nombre por decir mientras está apunto de... con otra chica-replicó Diana.
-Exacto-Bill la apoyó y después miró a su hermano.
Tom no sabía que hacer.
-Mira Diana, eres una chica muy guapa-se acercó a ella-, pero, no soy tú hombre.
-En eso estoy de acuerdo-saltó Bill y Tom se giró para echarle una mirada de odio que Bill cogió a la primera y se sentó.
-Pero es que, tú me gustas mucho-Diana lo cogió de las manos y se puso de puntillas para besarle.
-De verdad que lo siento-le quitó las manos-. Además, esto no hubiera durado ni a mañana. Creo que te han hablado de mí lo suficiente.
Diana no dijo nada, le dio la espalda y cabreada se marchó de la habitación.
A Tom no se le podía partir el corazón cada vez que veía esa reacción de las chicas; él era un lobo solitario y lo seguiría siendo, no porque la tal... se le haya metido entre ceja y ceja iba a permitir que eso no ocurriera más. Seguiría tonteando con todas las chicas que se le acercasen.
-Me da pena...-murmuró Bill y después de un salto estaba al lado de su hermano-. Quien te gusta.
Tom lo ignoró y se volvió a colocar donde estaba antes de que entrara Diana.
-Si no me lo dices llamaré a Diana-Bill estaba dispuesto a abrir la puerta.
-¡No!-Tom se levantó, preocupado-. Eres mi hermano, no seas tan asqueroso. Deberías comprenderme si no te lo quiero decir.
-Pero Tom, siempre nos contamos todo. ¿Quién es esa chica para qué no me lo quieras contar?
Bill lo miró suplicante y Tom lo miró pensativo.
-De acuerdo...-tartamudeó-. Te lo diré.
-Pues venga. Quiero conocer a la primera chica después de muchos años que le mola muchísimo a mi hermano-Tom notó que su hermano estaba muy emocionado.
-Es... Eva-dijo tras un suspiró.
-¿Qué?-Bill abrió mucho la boca y sus ojos se salieron fuera de su órbita-. Antes te hubiera mandado a la mierda y más para allá pero, ahora... Hacéis buena pareja-Bill le dio unas palmadas en la espalda-. ¿Y por Eva tanto misterio?
-Sí-Tom rió nervioso-. Ya ves-se encogió de hombros-. Pero verás, es una tontería. Solo que, últimamente no he dejado de pensar en ella pero verás que pronto se me pasa.
-Para nada. Yo quiero tener de cuñada a Eva, seguro que a ella le gustas. Le hablaré de ti.
-¿Qué? No, Bill. Para-levantó las manos y abrió las palmas-. Si quiero algo con ella... ya... me las arreglaré yo solo.
-Está bien-dijo tras pensar un rato-. Está bien-le sonrió y se tumbó en su cama.
“Seguro que no se atreve a decirle nada pero, ya está aquí Bill para hacer de Celestina”-pensó mientras miraba a su hermano por el rabillo del ojo que se estaba colocando nuevamente para hacer su tarea.
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TSUPDOAA
Bill Kaulitz es un chico que todo lo tiene, inteligente, atractivo, cariñoso... Junto a su hermano gemelo Tom y sus dos mejores amigos: Georg y Gustav, se van a embarcar en la aventura de pisar por primera vez la universidad donde se volveran locos por las...sí, las chicas.
Pero Bill queda embobado por una rubia pero lo que no sabe el es que tendrá que recurrir a su peor enemiga para poder conquistar su corazón.
La pregunta es, ¿conquistar el corazón de la rubia o el de su peor enemiga? ;D
Da click abajo para leer todos los capítulos ;)
Pero Bill queda embobado por una rubia pero lo que no sabe el es que tendrá que recurrir a su peor enemiga para poder conquistar su corazón.
La pregunta es, ¿conquistar el corazón de la rubia o el de su peor enemiga? ;D
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